A Evo Morales le dieron 48 horas para que dejara el poder. Independientemente de que haya acatado o no, lo que vale la pena destacar aquí es quiénes son los que presionan en Bolivia. En este momento, no se trata de una exigencia de otro partido político, del propio Carlos Mesa, que insiste en la segunda vuelta para decidir los destinos del país.
Los que protagonizan las movilizaciones y protestas en Bolivia son organizaciones de la sociedad civil. Gente que ha estado durante todos estos años luchando por sus comunidades y sus negocios, generando empleos y contribuyendo en la construcción del país.
Las elecciones del 20 de octubre tuvieron varios resultados. El principal, la aparente victoria de Evo Morales como presidente, después de que los propios bolivianos le negaron el derecho a la reelección. El segundo, una duda casi convertida en certeza de que fueron manipulados los votos de los cientos de bolivianos.
Morales quiere seguir como presidente, pero los bolivianos dicen que ya es suficiente. Ese es el tercer resultado, el despertar de los ciudadanos que han tomado las calles, respondiendo al llamado de la sociedad civil de una de las regiones más ricas del país, Santa Cruz.
La exigencia es clara y está sobre la mesa. No caben dudas de que lo que piden los bolivianos que siguen a Luis Fernando Camacho, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, es la renuncia de Evo Morales. No quieren ya segunda vuelta. El propio Carlos Mesa le expresó su apoyo al líder de las movilizaciones.
Desde Santa Cruz, pero también desde Cochabamba y otras localidades, los bolivianos alzan la voz para gritar su descontento y decir “Ya basta”. Están dispuestos a seguir en las calles hasta conseguir su objetivo.
Cuando los pueblos tienen claro lo que quieren y sienten que se ha irrespetado su voluntad, no hay quien los pare. Mientras la OEA trata de desenredar las actas y los votos y pide colaboración directa de los ciudadanos, la sociedad civil se organiza para obtener los resultados que desean.
Los venezolanos ven muy de cerca los acontecimientos que ocurren en la hermana Bolivia, porque las coincidencias son muchas con la crisis política que están viviendo. Son víctimas de gobiernos de corte izquierdista que quieren eternizarse en el poder.
Ojalá que los bolivianos logren rescatar la democracia y una de sus características más importantes, la alternabilidad del poder y el sometimiento de los líderes al escrutinio de los ciudadanos.
Tomada de: El Nacional
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