La salida a la grave crisis económica y social que pesa sobre Venezuela pasa, incuestionablemente, por dirimir la crisis política y de gobernabilidad en un clima de paz, donde prive el consenso, la transparencia de los procesos, la credibilidad de las instituciones y de los entes públicos y el respeto a la voluntad popular.
Lamentablemente, estas cuatro variables están en la cuerda floja en la actualidad debido a los afanes de una élite política que se visualiza imperecedera, impune y por encima de la Constitución y las leyes.
Para comenzar, la élite gobernante ha minado el clima de paz en el país con la fuerza de un discurso virulento, descalificador y exclusivo del otro, de ese venezolano que discrepa de sus políticas y métodos de gobierno; con la represión desmedida y el poder de las armas (las del Estado y la de sus grupos paramilitares); con el abuso del sistema de justicia para perseguir, someter y violentar derechos y libertades del contrario.
Una élite que se niega a reconocer y oír al oponente (convertido hoy como el enemigo a exterminar); que no cree en rendiciones de cuentas de ningún tipo ni en el Estado de Derecho; que ha debilitado la credibilidad de la institucionalidad del voto como la vía para expresar la voluntad popular, al irrespetar las reglas de juego electoral destituyendo a alcaldes y diputados de oposición arbitrariamente por decisiones ejecutivas; y que ha convertido a los poderes públicos en apéndices de Ejecutivo Nacional en aras de imponer un proyecto político, con lo cual hoy (según revela el estudio de Percepciones Ciudadanas sobre el Sistema Electoral de la Universidad Católica Andrés Bello) 56% de los venezolanos no cree que exista autonomía e imparcialidad del CNE.
Estas acotaciones son pertinentes en momentos cuando se está en la búsqueda de tres nuevos rectores electorales, para sustituir a los tres que tienen hoy más de un año con sus períodos vencidos, quienes tendrán un importante rol en las próximas elecciones parlamentarias (2015), municipales (2017) y en las presidenciales (2019). Rectores que deben tener entre sus condiciones innegociables “la honestidad, imparcialidad, la experiencia técnica, la formación profesional, ser civil y políticamente independiente” que por consenso es la aspiración de más del 95% de la sociedad venezolana.
Finalmente, el pasado 20 de octubre se juramentaron los 21 miembros del Comité de Postulaciones Electorales, esto luego de meses de dimes y diretes. Con ello, luego de aprobarse el reglamento interno (27 octubre) y publicarse la convocatoria para las postulaciones, que deben presentarse entre el 31 de octubre y el 13 de noviembre, comenzaron a correr los 72 días reglamentarios para presentar a los nominados ante la Plenaria de la Asamblea Nacional, a fin de que allí se designe a los nuevos rectores y sus suplentes.
Ojalá sean infundados los temores generalizados de que el gobierno volverá a aplicar la aplanadora para escoger un CNE monolíticamente parcializado, porque como bien lo resumió Vicente Díaz, uno de los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) que deberá ser reemplazado del ente electoral, en una entrevista realizada por Eugenio Martínez y que fue publicada el 1º de noviembre en El Universal: La principal amenaza para el país no es la caída de los precios petroleros, ni la inflación o conflictos entre quienes ejercer el poder (… ) El peligro es que aumente entre los venezolanos el descreimiento en la importancia del voto para resolver los problemas y generar cambios políticos (… ) esta es una situación que históricamente ha originado el surgimiento de aventureros que pueden poner en peligro la estabilidad de un país o convertirse en dictaduras fascistas.
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