jueves, 6 de noviembre de 2014

Una base para cada piel

Este producto es un elemento fundamental de la belleza femenina. De su correcta elección y aplicación depende el resultado final para un rostro perfecto

por BEATRIZ GARCÍA CARDONA  |  Estampas

La mayoría de las personas posee cutis con distintas problemáticas: imperfecciones, manchas, poros abiertos, acné... en fin, inconvenientes que impiden lograr un buen maquillaje. Esa es la razón por la cual es tan importante aplicar una base, para darle al rostro un fondo adecuado, parejo, que le aporte tersura, suavidad, luminosidad y sin defectos.

De hecho, este es uno de los productos de belleza más utilizados por las mujeres de todo el mundo, y en cualquiera de sus presentaciones; ya que de su correcta elección y aplicación depende que se realcen las cualidades naturales del cutis, mejorando, además, el efecto de los cosméticos que se apliquen sobre él.

Para todas las pieles
A cada mujer le conviene una base diferente, por eso, antes de adquirirla, es preciso que tenga en cuenta un elemento fundamental: elegir una que proporcione un aspecto natural.

En este sentido, cuando vaya a comprarla, procure probar el producto en un lateral del rostro, evitando las pruebas en manos o antebrazos, ya que el tono de la piel varía según la parte del cuerpo, y no es cierto que la mano tenga el mismo color que la cara.

Actualmente, estos productos son grandes tratamientos con efectos permanentes. Además de aportar color, con una gama que va desde la traslúcida hasta la más oscura, también ayudan a la epidermis a mejorar su condición: "Las hay antiedad, para minimizar las líneas de expresión y arrugas; con efecto lifting o tensor, que aportan firmeza, redibujando el óvalo facial; para proteger la piel, con vitaminas antioxidantes y filtro de protección solar, para usar todos los días, incluso por las más jóvenes; con ingredientes hidratantes para sellar y mantener la humedad de la piel, especialmente las secas; para matificar, perfectas para las pieles grasas, que no obstruyen los poros y presentan microesponjas que absorben los brillos; para iluminar rostros apagados por el cansancio y para embellecer todo tipo de semblante", explica Jenny López Acuña, esteticista y cosmetóloga (jennylopez0570@gmail.com).

Diferentes texturas
La elección dependerá de las necesidades: cubrir imperfecciones, otorgar naturalidad y luminosidad, tensar y aterciopelar un cutis cansado o maduro... En cualquier caso, las opciones son las siguientes:

Fluida: Ideal para verse natural. Hay dos tipos: la primera es hidratante y permite dar luminosidad. La segunda es mate y se usa para atenuar imperfecciones, dando un aspecto aterciopelado a la tez; ideales para pieles mixtas a grasas.

Compacta: Cubre más porque es más espesa, ofreciendo un tono parejo. Funciona muy bien para quienes buscan disimular imperfecciones.

En barra: Son para aplicar de forma directa al rostro, por lo que destaca su portabilidad que permite retoques en todo momento; recomendable para pieles normales y secas.

Crema: Es la más untuosa, ya que se trata de una emulsión de agua en aceite. Puede controlarse su cobertura, dependiendo de la cantidad que se aplique, por lo que es perfecta para un maquillaje de noche y también para las pieles maduras.

En polvo: La mejor opción para las pieles grasas o con una persistente zona T, pues absorben el exceso de grasa y evitan el desplazamiento del color y los brillos. Es una mezcla de maquillaje y polvos que se aplica con una esponjita de manera sencilla. Su efecto resulta muy sutil y permite los retoques (previamente, hay que retirar la grasa con un pañuelo de papel).

Mousse: Adaptables para maquillajes ligeros, debido a que otorgan a la piel un aspecto de terciopelo. Suelen cubrir poco y tener textura a base de gel en polvo, lo que las hacen fáciles de aplicar; pueden ser usadas por todo tipo de pieles.

Optimice resultados
Para una buena aplicación lo aconsejable es tener la piel limpia y bien hidratada. Después, proceda a colocar el producto con una esponja de látex o bien con la punta de los dedos, intentando no poner en exceso ni extenderlo por todo el rostro sino solo en aquellas zonas donde se necesite.

"Lo correcto es difuminarlo en pómulos, frente, nariz y barbilla, empezando desde la nariz hacia el exterior; sin aplicarlo en los párpados, pues solo conseguirá engrasarlos. Si desea poner una base para que las sombras de ojos duren más, lo mejor es que coloque un producto específico para esa parte del rostro, que es la más delicada", afirma la experta.

Evite poner gran cantidad del producto en granitos, cicatrices o imperfecciones, pues solo conseguirá hacerlos más visibles. Si lo que quiere es disimularlos, lo mejor es utilizar un corrector apropiado para este tipo de problemas y así no mostrar manchas ni desperfectos. Si, aun así, observa que tiene mucha cantidad del producto en algunas zonas, retire el exceso con una esponja o una mota limpia para ayudar a difuminar y matificar el rostro.

No se trata de un proceso complicado y solo le llevará unos minutos; es cuestión de práctica y, cuando observe los resultados, comprobará cómo el correcto uso de la base de maquillaje define un perfecto make-up.

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