El diario The Financial Times sostiene que de quedar Venezuela en la lona, el crudo volvería a cotizarse a entre 60 y 80 dólares el barril, señalan expertos
Cuando el presidente de Venezuela Nicolás Maduro Moros enunció su propósito de conseguir que el precio del crudo alcance los 88 dólares por barril, nunca pensó que la solución estaría más cerca de lo que pensaba. Aunque, lamentablemente, será el sacrificio de la renta petrolera de Venezuela y el derrumbe total del país la única solución para lograr el alza en la cotización del producto.
De acuerdo a la publicación británica The Financial Times, varios productores de petróleo están convencidos que Venezuela, gracias a la administración de los recursos ejercida en los tres últimos lustros por el régimen de la Revolución Bolivariana, está a punto de colapsar. Si la nación sudamericana queda al margen del negocio petrolero, el crudo podría llegar a entre 60 y 80 dólares el barril. La última cifra se acerca a la de 88 dólares el barril reclamada por Maduro.
Es cierto que ningún gobierno desea suicidarse como los kamikazes japoneses. Pero ya el gobierno de la Revolución Bolivariana lo ha hecho en numerosas ocasiones, prodigando la renta petrolera en varias naciones del mundo, a cambio de lograr respaldo en los foros internacionales, o simplemente porque es muy caritativa. Citgo, la subsidiaria de PDVSA, ha hecho una increíble labor de ayuda entre comunidades pobres de Estados Unidos.
Una nota del 13 de diciembre de 2011, divulgada por la AVN, señaló en su primer párrafo “Por séptimo año consecutivo, Citgo Petroleum Corporation, filial de Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa), ayudará con un programa de combustible para calefacción a comunidades pobres de Estados Unidos”.
El programa de combustible para calefacción de Citgo comenzó en 2005, dijo AVN. Eso ocurrió después del paso de los huracanes Rita y Katrina. Miles de personas de bajos recursos en Estados Unidos pidieron ayuda para enfrentar los altos precios del combustible para calefacción.
También AVN informó que “Desde 2005, Citgo ha invertido más de 400 millones de dólares en asistencia energética a los más pobres. El año pasado se donó el equivalente a más de 60 millones de dólares en combustible para calefacción a familias de bajos recursos”.
Ignoramos si la ayuda ha continuado, aunque conociendo la generosidad de las empresas estatales venezolanas para asistir a Dios y a María Santísima, es muy probable que siga. Asimismo es interesante la ayuda brindada a un alcalde de Londres para que no subiera el precio del pasaje en los autobuses.
El diario El País de Madrid reseñó el 22 de agosto de 2007 las labores caritativas del fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías, para que los londinenses no gastaran demasiado dinero viajando en autobuses. El título de la nota era bastante explícito: “Londres baja el precio del autobús gracias a un acuerdo con Chávez”. El subtítulo era todavía más explícito: “Venezuela venderá más barato el gasóleo a la capital británica”.
El primer párrafo del artículo lo dice todo: “El Gobierno venezolano comienza esta semana a subvencionar el transporte público de Londres en virtud del acuerdo firmado con el alcalde (laborista) de la capital británica, Ken Livingstone, a principios de año. Los londinenses menos solventes verán así sus tarifas de autobús reducidas a la mitad. A cambio, técnicos británicos se establecerán en Caracas para asesorar a la Administración de Hugo Chávez en cuestiones de gestión urbana”.
¿Qué se habrá hecho de esos técnicos británicos y de sus labores de asesoramiento? Seguramente hicieron una espléndida labor, aunque no se ha ofrecido mucha información. Pero hubo una reacción bastante interesante. Angie Bray, líder del Partido Conservador en la alcaldía de Londres, dijo que aceptar la ayuda venezolana era “una vergüenza”.
Según Bray “los beneficios del crudo deberían destinarse al 35 por ciento de los venezolanos que sobreviven por debajo del nivel de pobreza”. Y ya acicateado por la verborrea obsoleta de los sicofantes del hamponato, como hubiera dicho Rómulo Betancourt, el dirigente conservador lanzó su artera estocada: “Chávez es un dictador con un monstruoso historial en los derechos humanos, que preside sobre una considerable proporción del pueblo en extrema pobreza”.
Aunque es un poco tarde, sería bueno que las huestes de la Revolución Bonita organicen un acto de repudio a Bray, y un acto de desagravio al fallecido presidente.
Otro factor que podría atizar los deseos del presidente Maduro por inmolarse en favor de la humanidad es el Segundo Plan Socialista, para el período 2013-2019. El quinto gran objetivo histórico es “Preservar la vida en el planeta y salvar a la especie humana”.
Como ya el resto de los objetivos parecen haberse cumplido, entre ellos asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad” para el pueblo venezolano y “Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la Gran Potencia Naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en Nuestra América”, y recién estamos en el 2015, quedan cuatro años para salvar el planeta.
Con la capacidad organizativa y la vitalidad exhibida por la Revolución Bolivariana, eso podría resolverse, como máximo, en el 2017. Cualquier experto en ecología sabe que la contaminación de la atmósfera por gases provenientes de la quema de combustibles fósiles causa toda clase de problemas físicos y trastornos emocionales. Venezuela produce en la actualidad 2,4 millones de barriles diarios de crudo.
Si esa cantidad se excluye del mercado, los beneficios que podría lograr la humanidad serían tan inconmensurables como el dinero que se gastó en vinos Rafael Ramírez, ex presidente de PDVSA, ex ministro de Hidrocarburos de Venezuela, y actual representante del gobierno de Caracas en las Naciones Unidas. (Según los frívolos de The Wall Street Journal, el vino preferido de Ramírez es Chateau Petrus, “que cuesta millares de dólares la botella”).
COTIZACIÓN DEL CRUDO PODRÍA VOLVER A SUBIR
Philip Verleger, un economista experto en energía, dijo a The Financial Times que una crisis en Venezuela podría ayudar al resto de los productores de crudo. Según Verleger, Venezuela padece “una grave crisis financiera” y podría ser el primer país de la OPEP “en quebrarse”. De registrarse esa situación, “y acrecentarse el caos en el país, correría riesgos su entera producción".
Ese terrible escenario es observado con cierto optimismo por otros productores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.Y si bien en estos momentos el sector energético está agobiado por la amenaza de un incremento de la oferta, especialmente por los cientos de miles de barriles diarios que lanzaría Irán al mercado, tras librarse de las sanciones comerciales impuestas por Estados Unidos y la Comunidad Europea, en el largo plazo, cualquier cosa puede ocurrir.
El diario señaló que los altibajos en los precios continuarán “Si la crisis estalla en Venezuela o en cualquier otra parte”. Y Edward Morse, analista de Citigroup, sugirió que una cotización del crudo entre 60 y 80 dólares el barril, “podría equilibrar la oferta y la demanda”.
Más allá de un indeseable evento en Venezuela, el petróleo no parece muy proclive a beneficiar en el corto plazo a los productores, aunque sí a los consumidores.
El gobierno de la Revolución Bolivariana ha contribuido decisivamente a aliviar las penurias de muchos pueblos de la tierra. Sería bueno que esos pueblos se acordaran de los favores recibidos, y retribuyeran la asistencia. Pero es increíble la cantidad de ingratos que proliferan en este mundo, y cómo suelen ignorar a los benefactores de épocas pasadas. Es el momento en que todos recuerdan un sector de la anatomía humana. Según Ambrose Bierce, la espalda es "parte del cuerpo de un amigo que uno tiene el privilegio de contemplar en la adversidad”.
@mszichman
http://marioszichman.blogspot.com/
Cort. TalCualDigital
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