Venezuela, que incluso ha desaparecido de la lista de los 10 países que más exportan petróleo por el mundo. Méjico con 2,7 millones de barriles diarios cierra la lista. Al existir una sobre abundancia de petróleo en los mercados globales las esperanzas de una remontada de los precios del barril lucen hoy muy lejanas, y de paso, serán los Estados Unidos el nuevo árbitro de la política petrolera mundial
La inmensa mayoría de los zulianos hemos crecido bajo la leyenda de que nuestro portentoso suelo apalancó el desarrollo nacional durante todo el siglo XX. La fotografía ya está instalada en nuestro subconsciente colectivo: un enjambre de torres petroleras flotan imponentes sobre las tranquilas aguas del Lago de Maracaibo como testigos de una pujanza sin límites, como evidencia orgullosa de que en la Tierra del Sol Amada se firmó el primer decreto de la modernidad política nacional.
Y no hay duda de que esto fue así. El Zulia de la mano de sus oleoductos y Petroquímica permitió ubicarnos a los venezolanos dentro del concierto de países visibles, en vías de desarrollo, con posibilidades ciertas de concretar esa gran aspiración. Hasta nos dimos el lujo de contar con un pro hombre como lo fue Juan Pablo Pérez Alfonzo (1903-1979) auténtico arquitecto de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), cuya fundación data del año 1960. La OPEP puede ser considerada como el único cartel de los países pobres del mundo que fue capaz de poner de rodillas a las grandes potencias occidentales en las muchas crisis que se padecieron en el marco de la Guerra Fría. Hoy, ya sólo es un orgulloso cómo débil recuerdo.
El único detalle que hoy a los zulianos nos pasa desapercibido es que desde hace ya un buen rato, el polo de la explotación petrolera, ahora se concentra en el Oriente del país, alrededor de la Faja Petrolífera del Orinoco. Las estadísticas no fallan en eso de mostrarnos la depreciación de la región zuliana como emporio petrolero. Sólo que el desbarajuste nacional tampoco ha permitido profundizar en el desarrollo de la industria de hidrocarburos desde que PDVSA es “de todos los venezolanos”.
Aunque el dato más sorprendente es que los Estados Unidos acaba de convertirse en el primer productor mundial de crudo desplazando al sempiterno líder Arabia Saudita a la cabeza de tan vital ranking. Los 11,6 millones de barriles diarios de los Estados Unidos desplazan a los 11,5 de los sauditas, y la brecha, de la mano de la técnica del fracking, seguirá creciendo aún más. Esas son muy malas noticias para Venezuela, que incluso ha desaparecido de la lista de los 10 países que más exportan petróleo por el mundo. Méjico con 2,7 millones de barriles diarios cierra la lista. Al existir una sobre abundancia de petróleo en los mercados globales las esperanzas de una remontada de los precios del barril lucen hoy muy lejanas, y de paso, serán los Estados Unidos el nuevo árbitro de la política petrolera mundial. Hoy, políticamente enemistado, con el gobierno bolivariano.
Es duro decirlo, pero seguimos siendo el país de las oportunidades perdidas. ¿Y cuántas van?
Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ
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