jueves, 7 de mayo de 2015

El poder impotente/VenEconomía jueves 07may15

Por: VenEconomía

Cada día es más perceptible que al venezolano lo está desbordando la sensación de acorralamiento de un Gobierno-Estado opresor, es como un tigre herido y enjaulado.


Este miércoles 06 de mayo el padre Luis Ugalde, en su columna semanal que publica El Universal titulada "El poder impotente" hace un interesante análisis donde explica los efectos y eventuales desenlaces que puede producir ese poder, a la luz de experiencias pasadas. VenEconomía Opina, reproduce parte de este importante ángulo.

Plantea el padre Ugalde una realidad: Que el secuestro del poder en Venezuela es tan absoluto, que la sociedad se siente acorralada con solo dos salidas para escapar de sus secuestradores: te rindes o te vas.

Y pasa a peguntar ¿ese poder es poderoso o impotente? ¿Qué es el poder?  

Para luego explicar que "poder es dominación sobre los otros". "Los gobiernos dictatoriales se dedican a controlar todas las instancias y mecanismos para imponer y dominar: las armas, la policía, la economía, la información, o la vida diaria y los sentimientos de cada individuo". Es "lograr que todos estén fichados, sus actividades reguladas y que necesiten permiso para comer, trabajar, divertirse, comprar, para entrar o salir, para viajar y pensar". 

Así se siente hoy una gran mayoría de venezolanos y, como recuerda el padre Ugalde, sucedía en Alemania Oriental, donde al sentirse vigilados "hasta por sus vecinos y familiares, bajaban la voz para que la conversación no fuera escuchada por terceros y no llegara a los cuarteles del poder".

Recuerda que "el régimen comunista logró cotas muy altas de control con la STASI -omnipresente policía secreta- con fronteras cerradas, con muros intransitables y con alambradas". En Venezuela hoy se cierran las fronteras todas las noches con la excusa de combatir el contrabando de extracción.

También recuerda el padre Ugalde, que ese régimen que se creía "invencible, e impensable su derrumbe o su cambio", un día "cayó como un edificio sin cimientos y cual árbol con raíces muertas, sin que nadie disparara, ni desde dentro ni desde fuera". Y afirma "el muro se cayó sin cañonazos, simplemente porque el régimen estaba muerto en el corazón y en las esperanzas de la gente".

Y pregunta " ¿Por qué se derrumbó el poder omnipotente y se abrió esta sociedad donde todo estaba atado, controlado y vigilado?" La razón según puntualiza está en que "el poder no es solo dominio, ni capacidad de imponer a otros la propia voluntad. El poder es capacidad de lograr algo y de hacerlo bien".

¨Los gobiernos son para gobernar, para hacer que los ciudadanos alcancen sus aspiraciones fundamentales. Si lo logran, afianzan su popularidad, de lo contrario podrán imponerse, pero carecen de apoyo y aceptación y agonizan heridos de muerte¨.

En consecuencia, como dice Ugalde, "se produce un gran vacío en el corazón de la gente al morir la esperanza que se tuvo".

"Un día gobernantes y súbditos descubren que el poder es impotente para lograr aquello que es fundamental para cada familia, cada ciudadano y para el conjunto de la sociedad. Quienes están en el poder ven que a sus súbditos les falta oxígeno y que cuanto más refuerzan la represión, más se enajenan la voluntad de los sometidos que ayer agachaban la cabeza y callaban" acota Ugalde.

Luego añade "en Venezuela vamos avanzando aceleradamente hacia el poder impotente. Todo lo bueno escasea y el fervor "revolucionario" se desinfla, falto de aliento. Claro que se puede hacer respiración boca a boca, se pueden inventar diversas guerras y conspiraciones imperiales para así apelar al patriotismo y movilizar a la gente, pero cada día es más evidente que ello es artificio de laboratorio y mentira manipuladora.

Afirma que "con menos zanahoria y más palo, el burro se niega a caminar… El  régimen no querido se transforma en usurpación y tiranía y se descubre que quien manda no tiene más poder que el prestado por el acatamiento de los súbditos; cuando estos se alzan en rebelión, se derrumba todo". 

Como ha sucedido en otras épocas y dictaduras, y como acota Ugalde "cuando se ve venir ese precipicio, el instinto de conservación resquebraja el poder (¡hasta del bunker de Hitler salieron negociadores!) y unos buscan la transición como tabla salvadora para la mayoría".

Y concluye: ¨Ahí llega el fin del poder impotente de una minoría¨.

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