viernes, 8 de mayo de 2015

Se inyectó alcohol y ácidos y casi pierde sus brazos de "Hulk"


En Facebook se conoció historia de Romario Dos Santos, un brasileño de 25 años, que se inyectó Synthol para aumentar músculos

Un joven brasileño se inyectó en su cuerpo Synthol, un aceite que está compuesto por alcohol y ácidos, y casi pierde los brazos. Romario Dos Santos Alves, de 25 años, ha impactado a usuarios de Facebook y otras redes sociales tras exhibir su musculatura en imágenes.

Romario dijo que sus músculos hinchados aterrorizan los niños en su ciudad natal de Caldas Novas en Brasil. Mencionó que lo llaman "bestia" y "monstruo", en declaraciones que recoge el medio británico Daily Mail.


El brasileño intentó parecerse al personaje de Marvel “Hulk” hace dos años, en el tiempo que trabajaba como guardaespaldas. El aceite provocó que sus músculos, además de crecer considerablemente, se solidificaran y le causaran problemas de salud.
“Vi a algunos compañeros en el gimnasio con unos brazos enormes y empecé a entablar amistad con ellos. Al poco tiempo, me hablaron del Synthol”, expresó Romario. Sus bíceps llegaron a medir 64 centímetros.

El sujeto se volvió adicto a la sustancia y cuando ya no podía inyectarse en los brazos con agujas normales, por la dureza de sus músculos, usó agujas para toros. Las fotos que el sudamericano colgó en su Facebook, donde muestra sus músculos, han dado la vuelta al mundo.

“Cuando vio lo que me sucedía, el médico me dijo que tendrían que amputarme los dos brazos. Mis músculos empezaron a solidificarse hasta tal punto que no podía inyectarme nada en los brazos, eran como rocas. Me tuve que comprar agujas especiales usadas en toros para poder seguir inyectándome Synthol”, aseguró.

El aceite afectó su cordura y trató de suicidarse cuando su esposa tenía seis meses de embarazo. “Finalmente, gracias a Dios, el médico me dijo que no habría que amputar. Podrían remover el Synthol solidificado que se había formado en mis brazos”, narró.

“Quiero que otras personas vean los peligros, podría haber muerto, y todo porque quería músculos más grandes. Simplemente no vale la pena”, añadió Romario.
Fuente: El Comercio

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