miércoles, 6 de enero de 2016

Asamblea promete cambiar gobierno de Venezuela por vía constitucional

ANTONIO MARÍA DELGADO/adelgado@elnuevoherald.com

Con la promesa de buscar un mecanismo constitucional para poner fin al régimen de Nicolás Maduro, la oposición venezolana asumió el martes el control de la Asamblea Nacional, en una histórica ceremonia que dio nuevo impulso a los vientos de cambio en el país tras 17 años de revolución bolivariana.


La ceremonia, realizada pese las burdas maniobras del chavismo para sabotearla, constituye la primera vez que la oposición toma control de la asamblea unicameral desde que el fallecido Hugo Chávez llegó al poder en 1999 y augura un período de enfrentamientos entre el legislativo y los demás poderes aún controlados por el chavismo.

En su primer discurso como presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Henry Ramos Allup advirtió que una de las primeras prioridades del cuerpo legislativo será buscar un mecanismo constitucional para salir del régimen bolivariano.

“El cambio que estamos proponiendo es constitucional, pacífico y democrático, ofrecimos que en un lapso de seis meses ofreceríamos un método para cambiar el gobierno por vía constitucional y lo cumpliremos”, manifestó Ramos Allup.

La nueva directiva de la asamblea fue nombrada con los votos de 109 diputados de la oposición, tres menos de los 112 que fueron electos el 6 de diciembre y quienes no pudieron juramentarse por un dictamen del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) controlado por el régimen bolivariano.

Fuentes cercanas a la oposición, sin embargo, dijeron que la Asamblea Nacional probablemente juramentará esta semana a los diputados suspendidos , tras considerar que el pronunciamiento del TSJ como ilegal.

Con 112 de los 167 diputados de la asamblea unicameral, la oposición contaría con una super mayoría de dos tercios que brinda amplios poderes para iniciar el proceso de desmontar las graves distorsiones políticas y económicas generadas por el chavismo en Venezuela. Una mayoría de 109 escaños otorga una menor capacidad de acción.

Ramos Allup, quien remplazó al poderoso pero impopular Diosdado Cabello a la cabeza del cuerpo legislativo, dijo durante la ceremonia que la nueva asamblea tendrá como prioridad rescatar su autonomía, luego de servir por años como un órgano subalterno del poder ejecutivo y de colocar los interés del proyecto político iniciado por Chávez por encima de los intereses de la nación.

El nuevo presidente de la asamblea también le advirtió a Maduro que muy pronto dejará de emitir leyes por decreto a través de las denominada Ley Habilitante, instrumento legal que le cedió la Asamblea Nacional anterior.

“Las leyes que aquí se aprueben serán leyes muy bien pensadas, pensando en Venezuela y no en el oportunismo […] Vamos a trabajar con un reglamento que nosotros no modificamos ni una sola vez ni vamos a modificar”, señaló. “Vamos a legislar, no vamos a delegar […] La nueva Asamblea no va a aprobar más leyes Habilitantes inútiles”.

Ramos Allup también dio a entender que la nueva asamblea pronto revisará la decisión del Tribunal Supremo de Justicia que congeló la juramentación de los tres diputados de la oposición escogidos en el selvático estado Amazonas.

“Vamos a revisar al TSJ, que no puede andar por la libre e instituido de forma írrita […], que no se ufane la Sala Constitucional del TSJ, de creerse un poder legislativo alterno”, expresó.

Previamente, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), organización que agrupa a los principales partidos de la oposición, había manifestado que ignoraría el pronunciamiento del TSJ al considerar que fue emitida por magistrados nombrados inconstitucionalmente por los diputados salientes.

Estados Unidos, por su parte, felicitó el martes a Venezuela por la instalación de la nueva asamblea, pero pidió resolver la disputa sobre los diputados impugnados y reiteró su llamado a la liberación de todos los presos políticos.

“Continuamos preocupados por la controversia alrededor de los escaños de algunos representantes electos y pedimos que resuelva esta disputa de una manera que sea transparente y que refleje las preferencias de los votantes venezolanos”, indicó en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby.

La ceremonia de inauguración se realizó en medio de constantes intentos del chavismo por obstaculizarla, incluyendo un llamado previo de organizaciones paramilitares armadas vinculadas al régimen de salir a los alrededores del edificio sede de la asamblea para evitar el acceso de los diputados.

Al final, un dispositivo de seguridad de la Guardia Nacional evitó que los legisladores de la oposición fuesen agredidos, pero no protegió a representantes de la prensa. Dos fotógrafos, uno independiente y otro representante del sitio de noticias La Patilla, fueron brutalmente golpeados por seguidores del chavismo.

Entre los diputados juramentados el martes, se encontraba 54 pertenecientes a la bancada oficialista, que se retiraron del recinto alegando que la oposición violó el reglamento interior y de debates.

“Yo deploro que los colegas de la bancada del [oficialista] Partido Socialista de Venezuela hubieran abandonado el hemiciclo en un momento tan importante y tan solemne como éste”, dijo Ramos Allup en su discurso de instalación.

“Tendrán que acostumbrarse porque en estos próximos cinco años va a haber libertad de opinar y todos vamos a respetar las opiniones discrepantes y divergentes”, añadió.

Analistas consultados dijeron que la conformación de la nueva asamblea constituye un duro golpe a un chavismo altamente impopular que es visto por la mayoría de los venezolanos como el principal responsable de la crisis económica.

Y las expectativas de gran parte de la población ahora recaen sobre el poder legislativo ante la incapacidad de Maduro de adoptar los correctivos necesarios.

“Maduro está a la deriva y está llevando al país hacia un desastre nunca visto”, dijo el columnista y analista David Morán. “Este país está a dos y tres meses de sufrir una crisis humanitaria, por falta de alimentos y con muertes por falta de medicinas y atención médica, y por muertes por una criminalidad que está fuera de control”.

La gente esperaba que el resultado de la elección llevara a Maduro a reevaluar lo que está haciendo y a entender que el pueblo venezolano realmente quiere un cambio.

“Pero Maduro más bien ha desarrollado un discurso de barricada, atrincherándose y desaprovechando cualquier disposición que podría tener la nueva asamblea de unir a las distintas fuerzas del país para buscar soluciones”, dijo.

Cort. El Nuevo Herald

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