jueves, 14 de enero de 2016

Sistema médico venezolano en etapa terminal

ANTONIO MARÍA DELGADO/adelgado@elnuevoherald.com


Era motivo de alegría para Emilio Piña, un obrero humilde que postrado en una cama de hospital en San Cristóbal, estado Táchira, esperaba lo que en cualquier otro país no hubiese sido un problema pero que en la Venezuela actual de aguda escasez requería de un milagro.


“Estaba muy contento porque le habían dicho que le habían encontrado un catéter de hemodiálisis y que ahora, posiblemente el lunes o el martes, le aplicarían la diálisis”, narró César Rosales, un proveedor de equipos médicos que por varios días trató infructuosamente de conseguirle el pequeño dispositivo, de costo menor a los tres dólares.

 Clientes compran medicamentos en una farmacia de Caracas. Las personas con frecuencia tienen que recorrer hasta ocho farmacias para encontrar el medicamento recetado.
Y la situación no podía ser más apremiante. Piña, cuyo cuerpo ya estaba hinchado, llevaba 20 días sin ser sometido al crucial procedimiento. Rosales, quien ya se había encariñado con su cliente, fue a verle al centro de asistencia el día que se lo colocarían. Encontró a la esposa justo cuando el médico salía al pasillo.

“No aguantó… Lo perdimos”, dijo estoicamente el galeno.

Tragedias como estas se han vuelto comunes en Venezuela, donde el colapso económico está condenando a morir a cientos de pacientes que no están consiguiendo las medicinas o los dispositivos que necesitan para seguir viviendo.

Particularmente vulnerables son aquellos que padecen de enfermedades crónicas y requieren de tratamientos permanentes como la diabetes o la hipertensión, mientras que aquellos que requieren de procedimientos de urgencia o para tratar enfermedades de gravedad, como el cáncer, frecuentemente se ven obligados a postergarlos por falta de insumos.

“Estamos en una situación sumamente grave. Esto se ha agudizado muchísimo”, advirtió desde Caracas Freddy Ceballos, Presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana.

“Es impresionante las fallas que tenemos en la disponibilidad de productos de hipertensión arterial, los anticonvulsivantes, los anticonceptivos, los productos para el asma. Es una situación realmente muy crítica”, sostuvo.

Según las declaraciones del Ministro de Salud de Venezuela, Henry Ventura, el abastecimiento de medicinas en el país está garantizado, y califica las versiones de prensa que advierten sobre los problemas de suministro como una campaña terrorista ejecutada a través de algunos medios de comunicación.

En particular, el Ministro centró sus acusaciones sobre la farmacéutica estadounidense Pfizer y en diciembre lanzó un llamado al Ministerio Público para que abra una investigación sobre una presunta campaña mediática para desprestigiar al sistema venezolano de salud.

“No puede ser que sean tan irresponsables de decir alegremente que aquí han fallecido los niños”, señaló el Ministro en declaraciones publicadas por el diario El Tiempo.

Pero al igual que las denuncias del gobernante Nicolás Maduro de que los problemas de escasez del país son causados por la presunta “Guerra Económica” ejecutada por empresarios aliados con la oposición, las declaraciones del Ministro hacen muy poco para aliviar la penuria de miles de venezolanos que a diario deben peregrinar de farmacia en farmacia en busca de cruciales medicamentos.

La federación estima que el nivel de escasez de medicamentos alcanza el 70 por ciento, lo que quiere decir que siete de cada 10 productos son extremadamente difíciles de conseguir en Venezuela.

“En el pasado, cuando teníamos una falla de 15 por ciento, eso era motivo de alarma. Y generaba una gran preocupación dentro del sector farmacéutico”, señaló Ceballos.

Lo que está viviendo hoy Venezuela ya alcanza los niveles de una calamidad, señaló.

Los productos más escasos

La lista de medicamentos que no se consiguen en Venezuela es demasiado extensa para publicar. Algunas de las enfermedades en las que son usadas pueden poner en peligro la vida de sus dolientes.

Entre los productos que escasean se encuentran antibióticos, analgésicos y medicamentos para el asma.

También son difíciles de conseguir las cremas para tratar infecciones en la piel y las quemaduras, los antiácidos y los productos para tratar la diabetes y la hipertensión.

Una situación similar enfrentan los pacientes con problemas mentales, quienes son impactados por la falta de medicamentos para tratar la depresión, la esquizofrenia, la paranoia y la agresividad.

Más grave aún es la falta de medicamentos para tratar el cáncer y el sida. También escasean los anticonceptivos, lo que podría generar serios problemas de embarazo precoz en el país.

Pero si los medicamento escasean en las farmacias, la situación dentro de los hospitales es mucho peor.

“Los hospitales venezolanos son alrededor de 300 y el 95 por ciento de ellos apenas tendrá el 6 o el 7 por ciento de los insumos que necesitan, incluyendo el material médico quirúrgico”, señaló Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana. “El otro porcentaje restante [un 5 por ciento de los hospitales], tendrá un 15 por ciento de los insumos, si acaso”.

En los hospitales se trabaja con las uñas, casi sin nada. Apenas con el conocimiento del personal médico que trabaja en ellos, dijo León.

Para ser tratados, los pacientes tienen que traer consigo los equipos y medicamentos que van a recibir. El problema es que estos ya no se consiguen en las farmacias.

“Una persona entra al hospital, y él o sus familiares tienen que ir a siete u ocho farmacias para conseguir uno o dos de los seis medicamentos que se le indican”, dijo León al narrar un caso habitual.

“En los hospitales está el médico, y está el equipo de salud y la cama sin sábanas, pero si van a operar a un paciente, él o sus familiares muchas veces tienen que llevar desde las suturas hasta la hoja de bisturí”, explicó León.

La crisis alcanza las clínicas privadas

La situación en las clínicas privadas es algo mejor, pero estas también están siendo afectadas por las serias restricciones cambiarias.

Adicionalmente, la pérdida en la calidad de vida generada por los cinco lustros de Revolución Bolivariana ha comenzado a generar un problema adicional. Miles de profesionales de la salud, incluyendo algunos de los mejores médicos del país, han decidido emigrar.

Ya para el 2014, profesionales del sector advertían que la escasez y la falta de instalaciones había llevado al país a retroceder décadas en materia de atención médica. Pero lo que actualmente se vislumbra en Venezuela es una crisis humanitaria, coincidieron muchos de los expertos consultados.

“Lamentablemente, los pacientes más afectados son aquellos de bajo recursos”, señaló Rosales, al advertir que son estos los que se ven imposibilitados de pagar por los medicamentos y los equipos que aún se encuentran disponibles en el mercado negro y que en ocasiones son cotizados a precios 20 veces mayores de lo que solían venderse en las farmacias.

El colapso del sector médico venezolano es consecuencia directa del sistema económico establecido bajo la Revolución Bolivariana que terminó desmantelando el aparato productivo del país, favoreciendo la importación de productos.

Pero ahora que los precios del petróleo han descendido desde los $95 el barril a los niveles de $30 en que se encuentran actualmente, los volúmenes de productos importados han caído dramáticamente.

Es un fenómeno que afectó a todos los sectores del país, desde el sector alimentario hasta el otrora incipiente sector exportador, pero que en el caso de la medicina está registrando mortales consecuencias.

Para solventar la situación de emergencia, el gobierno debería desembolsar inmediatamente los cerca de $4,000 millones, en divisas estadounidenses, que el régimen ya le adeuda a las empresas del sector por importaciones que se realizaron en el pasado.

De esa manera, las empresas ya podrían proceder a importar nuevos productos, pero el grave deterioro de las finanzas del país deja entrever que las posibilidades de que eso suceda sean muy remotas.

“En el año 2014, se requería $1,000 millones para importar los insumos médicos que necesitaba el país y solo suministraron el 25 por ciento. En el año 2015, liquidaron menos”, explicó Ceballos.

En el 2014, los precios del crudo aún rondaban por encima de los $80.


Fuente: El Nuevo Herald

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