viernes, 5 de diciembre de 2014

Descaro de Suena Caracas

Extraoficialmente se habla de 400 mil dólares solo en nóminas de artistas extranjeros, mientras que miles de venezolanos han recibido la negación del gobierno, a través de Cadivi-Cencoex, de permitirle cambiar sus devaluados bolívares para mantenerse estudiando en el exterior

CÉSAR E. HERRERA T./TalCualDigital
Si el Festival Suena Caracas contará solamente con artistas nacionales, esta columna no fuera una crítica sino una felicitación... pero vayamos a la realidad.

Esta semana, los venezolanos hemos visto cómo, con total descaro y caradurismo, el Gobierno venezolano decidió malgastar miles de dólares, porque a su juicio le sobran y se puede botar en circo, solo circo.

Quienes me conocen y conocen mi trabajo profesional en favor de la música y los músicos venezolanos, saben que siempre he dado el voto a favor para los eventos que apoyen al talento nacional, porque al final, es dinero que va para hogares venezolanos, de quienes con su arte contribuyen a construir el país, pero en este caso, la realidad es otra.

En los últimos meses miles de venezolanos han recibido la negación del gobierno, a través de Cadivi-Cencoex, de permitirle cambiar sus devaluados bolívares para mantenerse estudiando en el exterior, con el argumento de que el BCV no tiene dólares, citando en sus correos: "En atención a lo establecido en el Art. 8 de la Providencia Nro. 116, el otorgamiento de la autorización está sujeto a la disponibilidad establecida por el Banco Central de Venezuela y las prioridades determinadas por el Ejecutivo Nacional mediante Decreto Nro. 2.320".

Entonces, ¿Hay o no hay dólares? ¿Es decir que es prioridad del Ejecutivo montar shows de una semana en lugar de permitir los estudios a los ciudadanos? Porque, Silvestre Dandgond, Zapato 3, Kevin Johansen, Leo Maslíah, Los Tres, El Cuarteto de Nos, y Aterciopelados son pagados en DÓLARES.

Ninguno de nosotros tiene las facturas, pero extraoficialmente se habla de 400 mil dólares, y estoy seguro que son más, solo en nóminas de artistas extranjeros, no hablemos del costo total.

Tal parece que la única lógica que funciona es: "Cuánto me va a quedar en el bolsillo si asigno los dólares para sobrefacturar el caché de importados, y no para mantener, lo que por Constitución les corresponde, a ciudadanos corrientes".

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