Xabier Coscojuela/TalCual
La decisión del presidente BarackObama de restablecer las relaciones con Cuba es la mejor noticia que se ha producido en este final de 2014. Es la rectificación, todavía no completa, de una política que no tuvo ningún resultado positivo para nadie y menos para el pueblo cubano que ha tenido que soportar un gobierno autoritario desde hace más de cinco décadas.
Más vale tarde que nunca, dice el refrán y así es. Son 53 años sin relaciones diplomáticas entre ambas naciones, pero el embargo es anterior pues fue impuesto por Estados Unidos en octubre de 1960 por lo que acaba de cumplir 54 años.
La revolución cubana levantó muchas expectativas positivas en América Latina y el mundo, pero las mismas quedaron frustradas cuando el gobierno encabezado por Fidel Castro terminó convirtiéndose en una tiranía a través de la cual se han cometido y cometen infinidad de violaciones de los derechos humanos.
Hay quienes justificaban y todavía justifican dicho bloqueo en el carácter dictatorial del gobierno cubano, pero EEUU mantuvo relaciones diplomáticas y comerciales con distintos gobiernos autoritarios del mundo durante todos estos años.
Incluso, tuvo mucha responsabilidad en que dichos gobiernos autoritarios se consolidaran en distintos países y, en particular, en América Latina. Asimismo, EEUU es corresponsable de muchas de las violaciones a los derechos humanos que esos gobiernos cometieron, pues en algunos casos dio entrenamiento a los torturadores.
Raúl Castro al saludar la decisión pidió el cese del bloqueo y reiteró que “pese a las dificultades” lleva adelante una actualización del modelo económico, que no es otra cosa que un regreso al capitalismo. Para muchos analistas “las dificultades” tienen nombre y apellido: Fidel Castro.
Esperamos que el gobierno de Obama, junto con el Congreso estadounidense, tome lo más pronto posible la decisión de levantar el bloqueo y normalicen el intercambio comercial entre ambos países. Dicha decisión, por cierto, echaría por tierra la principal excusa del Gobierno cubano para justificar su monumental fracaso.
Si se concreta el levantamiento del bloqueo quedaría la asignatura pendiente de que Cuba se convierta en un país democrático, pues en la actualidad es la única dictadura del continente. Creemos que a esa condición no se llegará con la velocidad que muchos quisiéramos, pero todos deberíamos colaborar, en la medida de las posibilidades de cada uno, en que la democracia se concrete. El pueblo cubano se lo merece.
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