Xabier Coscojuela/TalCual
Pan cada día hay menos, el circo sigue bajando de calidad y los espectadores también se reducen. La marcha convocada por el presidente Nicolás Maduro no cubrió las expectativas. El hombre cada vez tiene menos en la bola.
Las bases del maduro-cabellismo no se comieron el cuento de la agresión imperialista o prefirieron dedicar su tiempo a algo más concreto, tangible y provechoso e hicieron la inevitable cola para poder comprar alguno de los muchos productos que escasean. Defender a violadores de los derechos humanos no está en la agenda de la mayoría de los venezolanos.
Hubo quienes aseguraron que bailarían un vals para conmemorar los 15 años de la Constitución música imperialista nos parece a nosotros y ninguno de los oradores recordó que a esa Carta Magna la quisieron reformar en el 2007 y el pueblo les dijo que no. Maduro aseguró que buscaría más tiempo para ocuparse de la economía del país, lo que es como para preocuparse, pues todas las medidas que ha tomado durante 2014 no han hecho sino empeorar las cosas. En todo caso ninguna medida concreta para abatir la inflación, el desabastecimiento y la recesión económica. Tampoco nada sobre la inseguridad. Ni siquiera un recuerdo por la tragedia de Vargas, de la que también se cumplen 15 años. En resumen, un discurso que dice poco y que no entusiasma ni a los partidarios del gobierno.
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