martes, 17 de marzo de 2015

¿Fucking Fracking?

La guerra asimétrica del crudo: el fracking versus misiles amarrados con mecate. El crudo llega a su nivel más bajo en seis años al anunciarse mayor producción de EEUU y de Libia, y un posible acuerdo entre Washington y Teherán que permitirá a Irán lanzar más petróleo al mercado. El crudo norteamericano podría bajar a 37 dólares el barril

MARIO SZICHMAN Nueva York / Especial para TalCual
Ayer, se acabó lo que se daba en materia de precios del crudo. La venta de petróleo norteamericano a término fue de 43,88 dólares el barril, la cotización más baja en seis años, luego que en febrero el producto registró un alza bastante apreciable.

El mes pasado, el crudo Brent, cota internacional de referencia, tuvo un precio promedio de 58 dólares el barril, y el crudo West Texas Intermediate (WTI) usado con el mismo propósito en Estados Unidos, llegó a 51 dólares el barril. Analistas de la industria dijeron a la agencia noticiosa Reuters que el crudo de Estados Unidos podría bajar a 37 dólares el barril en los próximos días.

La Agencia Internacional de Energía indicó que la producción norteamericana de petróleo sigue en aumento. En la semana que concluyó el 6 de marzo, extrajo un promedio de 9,37 millones de barriles diarios del producto. Se trata de un récord semanal que fue alcanzado por última vez en 1983, hace 32 años.

Esa caída en los precios también benefició a los consumidores de productos refinados. La gasolina en Estados Unidos bajó casi un dos por ciento, y el petróleo de calefacción, un uno por ciento. Seguramente eso se reflejará en Venezuela con un descenso en el precio de la gasolina.

En la guerra asimétrica del petróleo que libran Estados Unidos y Venezuela, la Revolución Bolivariana poco puede hacer. Pese a su movilización de 100.000 efectivos militares para defender la soberanía nacional, el presidente Nicolás Maduro observa impotente cómo marcha por dentro la procesión de la redundancia de crudo.

Durante las maniobras bélicas pudo observarse el transporte de misiles presuntamente teleguiados amarrados a las ojivas con mecate. Las conjeturas más absurdas proliferaron.

Una de ellas era que los misiles debían ser propulsados por gigantescas hondas depositadas en su parte posterior. Se suponía que los mecates en las ojivas orientarían su dirección, como se hace con los papagayos.

Pero la realidad es mucho más sobria, y debe enorgullecer el corazón de todos los patriotas, los convencionales y los cooperantes: dentro de los misiles había kamikazes, como esos que usaban los japoneses para inmolarse contra las cubiertas de los portaaviones norteamericanos en las postrimerías de la segunda guerra mundial.

Esos kamikazes estaban ansiosos por incursionar en territorio de Estados Unidos, a fin de acabar con las instalaciones petroleras en Dakota del Norte, capital mundial del fracking. Ese estado es el principal responsable de que el crudo esté ahora casi más barato que la gasolina en Venezuela.
The Wall Street Journal  dijo que Estados Unidos, primer productor de petróleo del mundo, está en condiciones de regular los precios gracias a la revolución del fracking, el petróleo extraído de esquistos bituminosos mediante presión hidráulica. Según el diario, ese petróleo se ha convertido “en un elemento clave en el abastecimiento global”. 

En la actualidad, Estados Unidos produce 3,6 millones de barriles diarios de crudo obtenido de esquistos. Y aunque hay otros factores que ayudan a explicar por qué el mundo está de petróleo hasta las orejas, es obvio que si se acaba con la industria petrolera en Dakota del Norte, otro gallo cantará.

En el ínterin, los valerosos gatillos alegres encerrados dentro de los misiles, no veían la hora de realizar sus incursiones. Y como el gobierno de la Revolución Bolivariana en el fondo quiere la paz, mandó amarrar los misiles con mecates para impedir a sus kamikazes concretar sus ambiciones.

De todas maneras, habrá que urdir otras estrategias y tácticas para frenar el colapso en los precios del petróleo. La batalla deberá librarse en varios frentes. The Wall Street Journal mencionó entre los factores que podrían reducir la cotización del oro negro no solo la desaforada producción petrolera norteamericana, sino un aumento en el bombeo de petróleo por parte de Libia, que ya llegó a 490.000 barriles diarios, duplicando la extracción de hace apenas algunas semanas, y  un posible acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán.

Ese acuerdo, que el gobierno israelí y los legisladores republicanos en Washington quieren sabotear a toda costa, permitirá al gobierno de Teherán poner fin a las sanciones económicas y producir más crudo. Debe recordarse que a raíz de la implementación de esas sanciones, se le cerró a Irán el suministro de su petróleo en muchos mercados, especialmente en Europa, y en algunas zonas de Asia.

EL PUNTO DÉBIL
Si el gobierno venezolano mantiene sus fuerzas armadas en alerta máxima, existe todavía una esperanza para que pueda utilizar sus misiles en el futuro. El tendón de Aquiles de la industria petrolera norteamericana es el acopio de petróleo.

Gene McGillian, analista de mercados de Tradition Energy en Stamford, Connecticut, dijo al periódico que el exceso de crudo plantea problemas logísticos bastante graves. “¿Cuándo llegarán los tanques de almacenaje al tope de su capacidad?” se preguntó McGillian.

La empresa Blueknight Energy Partners, con gigantescos depósitos en Cushing, Oklahoma, estimó que sus tanques quedarán repletos entre fines de abril y mediados de mayo.

Media docena de misiles pueden convertir esas plantas de almacenamiento en un estimulante proveedor de fuegos artificiales, como los que suelen arder en las refinerías de PDVSA cada vez que alguien se pone a freír pollos cerca de sus instalaciones.

Una buena fecha es el 4 de julio, cuando Estados Unidos celebra su independencia, y su cielo se llena de resplandores. Y si los tanques de almacenamiento cesan en sus funciones, es obvio que las petroleras deberán frenar la producción de crudo durante varias semanas o meses, catapultando los precios a la estratósfera.

UNA ÚLTIMA ESPERANZA
Estamos seguros que la Revolución Bolivariana inventará otros recursos para lidiar con el imperio. El coraje existe, todos están sacando pecho, ansiosos por enfrentar al tigre de papel, y el presidente Maduro no suelta ni por un momento sus binoculares.

Curiosamente, por esas ironías del destino, tanto la derecha norteamericana más recalcitrante como el estado judío, anatema para el gobierno chavista, deberían ser los aliados naturales de Venezuela en el intento de bloquear el acuerdo que busca Teherán para atenuar sus problemas económicos y ponerse a producir crudo como si no existiera el mañana.

Pero, por suerte para Estados Unidos, lo más importante que tiene Nicolás Maduro es su honor, y su patriotismo. Como lo tuvo antes su precursor y héroe, Hugo Chávez Frías.

Es lamentable que en la guerra asimétrica entre Estados Unidos y Venezuela, solo el gobierno de Caracas respete los principios. Lo que es los gringos, únicamente piensan en su codicia.

Hace más de un siglo y medio el primer ministro británico Benjamin Disraeli  dijo que su país no tenía ni amigos ni enemigos eternos, apenas intereses eternos. Los gobernantes norteamericanos usufructúan el mismo principio.

@mszichman
http://marioszichman.blogspot.com/

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