Proceso a la Mesa de la Unidad Democrática. Hay mucha gente interesada en inscribir el problema político en la trillada e inútil confrontación de izquierda-derecha; por supuesto, dividir a la Venezuela de hoy en dos espacios desordenados complica el panorama e impide tener un análisis real sobre la situación actual. Debemos entender que el país está amenazado por un conflicto que puede dejarnos una tragedia imborrable. Asistimos a un eterno intercambio de dimes y diretes, donde la calumnia mutua comienza a percibirse como algo común y hasta parte inalterable del discurso. Hace 15 años aguardábamos por una exaltación patria de las bondades que han servido a la personalidad de nosotros los venezolanos y sólo, para decepción nuestra, nos hemos comprometido en un antipático proceso político que no tiene justificación ni siquiera si proclamáramos la lucha de clases.
La historia no perdonará nunca los manotazos que izquierda y derecha le asestan por igual al pueblo, ese a quien quieren llevar como espectador a un consejo de guerra, para obligarlo a escuchar los alegatos absurdos con los cuales se pretende justificar lo injustificable. A estas horas, ya contamos con un lastimoso parte de guerra, con víctimas muy jóvenes a quienes se les había entusiasmado con alcanzar una nación donde la ética sustituiría al bribón. La sangre derramada por la inocencia popular no será remedio ni pretexto para ocultar el crimen. Los políticos (parafraseando a Bolívar) están llevando a nuestra república a las puertas del sepulcro. Todos sin excepción han obrado para sus intereses particulares. La mejor demostración la tenemos cuando asistimos al infame espectáculo del reparto de cargos que deberían tener un carácter absolutamente popular, como lo son las diputaciones a la Asamblea Nacional. Ustedes, Gobierno y oposición, no han actuado con la verdad. Son incontables las veces que he cuestionado a los camaradas revolucionarios, hoy quiero tocar el aspecto que concierne a la oposición porque no pretendo ser cómplice de lo que viene ocurriendo. ¿Qué crimen puede haber cometido el pueblo para no tener en el juego político la oposición con la cual quisiera contar como muro de contención ante el abuso de poder, una tentación que parece acompañar a todo a aquel que lo detenta? Ustedes, opositores, no están a la altura del compromiso. Repito, no se trata de un problema circunscrito a derechas e izquierdas, se trata de defender una condición ética que debería amparar a todos por igual. Estoy persuadido que ustedes desconocen lo que ocurre en el seno del pueblo y por ello terminan siendo parte del torrente de facinerosos que hoy anhelan regir los destinos de la patria. Estoy convencido de que existen bandoleros en ambos frentes, pero lo grave del asunto está en que sean estos quienes copen el escenario, dejando sólo al ciudadano de a pie sin tener a quien acudir a la hora de denunciar las afrentas que a diario pretenden hacer de la opinión pública un guiñapo. A ustedes opositores, con qué moral pueden convertirse en jueces quienes poseen un partido edificado con fondos de la industria petrolera. ¿Por qué olvidan tan pronto? Si hay que procesar a quienes han delinquido con los dineros públicos, entonces tenemos que contar con jueces probos. Hoy, una elite dirigente catastrófica prepara sus huestes con las banderas de la mentira, escudada en elecciones primarias que sirven para saciar a los pendejos. No me vengan con vainas a decirme que desde el Gobierno también lo hacen, cuando precisamente lo que buscamos es quien no lo haga. ¿Quién nos garantiza que la desvergüenza del salto de talanquera no se va a repetir con ustedes? ¿Acaso debemos tomar como un axioma aquello que reza: cada quien tiene su precio? Si lo aceptamos así, hay que cerrar por inventario sin que nos sorprenda la quiebra. Por todo ello, o ustedes asumen sin aspavientos sus acciones y compromisos, o terminarán siendo una opción desteñida y borrosa que concluirá contaminando un albañal, que es decir bastante. Ustedes opositores a no sé qué cosa, nada ganan vistiendo a la mesa con un mantel al tiempo que esconden por debajo los desperdicios. El pueblo, ignorando a izquierdas y derechas, sabe de las intrigas que los sacuden y de los variados recursos de que disponen para envilecer a quienes se atrevan a anteponer su honestidad. El tiempo se les agota y por más que intenten pasar desapercibidos, si no se ponen de acuerdo, hay un banquillo en la historia donde más temprano que tarde tendrán que sentarse para responder por sus desafortunadas decisiones. A veces pienso que al Gobierno le hace falta una derrota para quitarle la prepotencia. Incluso, uno tendría una razón para volver a la pelea.
CONFLICTO. Contraviniendo las disposiciones de su presidente, en Finanzas de Pdvsa echaron para atrás un acuerdo de aumento salarial para sus trabajadores. Por cierto, en materia de sueldos y salarios sería conveniente utilizar el mismo rasero para todos los trabajadores en general (sin la odiosa diferenciación aplicada cuando se trata de establecer parámetros distintos para los militares). PRONÓSTICOS. A la hora de señalar cuáles son los estados donde las presentes gestiones administrativas le sirven en bandeja de plata a la oposición los próximos relevos parlamentarios, está Zulia encabezando, seguido (en estricto orden) por Táchira, Trujillo, Monagas y Anzoátegui. TRAMPITAS. Las captahuellas representan un verdadero negocio para un determinado grupo económico afecto al Gobierno. Se trata de un despilfarro millonario de dólares. Quién sabe si sus importadores están detrás del desabastecimiento y son los promotores de los llamados bachaqueros. Otro desangre: centenares de autobuses prácticamente nuevos (importados desde China) permanecen en “cementerios” de chatarras. Uno de los más grandes se encuentra en el estado Portuguesa. BODEGÓN. En Campo Alegre se vive una de las tantas extravagancias de Diego Salazar; hay un edificio donde funciona un supermercado clandestino. Allí acuden algunos funcionarios miembros de un grupo privilegiado para adquirir bienes que no se encuentran en ninguna parte. Esa “bodeguita” haría morir de envidia al más apertrechado de los supermercados gringos. DISONANTE. Eso fue el infierno sin el Dante, según la letra de Aleluya interpretada por Cherry Navarro. Si comparamos al Gobierno con una orquesta tenemos un conjunto totalmente desafinado, donde cada quien toca sus instrumentos bajo las notas que le venga en gana. Increíble, pasamos de la austera vocería donde Chávez era el único que declaraba, a un enjambre de funcionarios que opinan de todo, de lo humano y lo divino, no hay coherencia programática y mucho menos unanimidad. Llamen a Gustavo Dudamel. WANTED. Se agrava la situación en la Faja del Orinoco. El descontento se profundiza en medio de un escenario similar al que vivió Estados Unidos durante los años de la fiebre del oro. En la Faja se impone la ley del más fuerte, mientras los contratistas de maletín hacen de las suyas. ANARQUÍA. La Misión Vivienda se ha convertido en un problema sin solución a la vista. Para muestra un botón: Ciudad Caribia. Allá se hacen presentes todas las variantes de la anarquía. En esa zona se alternan indistintamente los factores del delito que la han transformado en un campo de concentración para sus infortunados habitantes.
CONGRACIARSE. En una nota de la edición pasada consideré que la Cumbre de Panamá no fue exitosa para Venezuela. El lunes 27, JVR escribió que “sólo algunos delirantes en Venezuela –y chupamedias del imperio- consideran que Maduro fracasó en la Cumbre de Panamá y que triunfó Obama”. ¡Qué les puedo decir! Lamentablemente, tener una óptica distinta a los adulantes de oficio es ser descalificado de inmediato. Como sé que JVR me lee, entonces le hago una observación, no se puede ser “radical” por circunstancias. Viene al caso porque hay que seguir los escritos de JVR para notar que sólo de unos años para acá habla de imperio, lo cual no significa que antes haya sido un chupamedias. Insisto en que Venezuela no consiguió en la cumbre lo que se propuso, por tanto, no voy a echar mano a encuestas de maletín para asegurar lo contrario. No necesito congraciarme con nadie y tampoco es mi estilo. BOOMERANG. En Venezuela existen 32 ministerios cuya población empleada (INE) para 2012 alcanzaba un total de 2 millones 463 mil 759, se supone a todas como beneficiarias registradas en nóminas. De acuerdo con la decisión presidencial de reducir el horario de trabajo en la Administración Pública con miras a ahorrar electricidad como consecuencias del cambio climático, tenemos lo siguiente: hora de entrada 7:30 AM; salida 1:00 PM, para un total de 5 ½ de jornada. Según al comportamiento usual del funcionario público, con el nuevo horario tendríamos lo siguiente: 1 hora para desayunar + ½ hora para leer la prensa + 1 hora para almorzar = 2 ½. Total: 5 ½ – 2 ½ = 3 horas de trabajo real. ¿Colapsará la atención al público? Es lo más probable, sobre todo sabiendo el trato que reciben los usuarios en las oficinas públicas. Entretanto, si calculamos el valor de la hora de trabajo lo que realmente se ahorraría en electricidad sería mucho menor al costo de tener a casi 2 millones 500 mil empleados convertidos con el nuevo cuadro prácticamente en becarios. La incidencia del cambio también influirá negativamente en los empleos directos e indirectos que genera el movimiento de la Administración Pública en restoranes y servicios. Reza el dicho: Peor el remedio que la enfermedad. RECUERDOS. El pasado viernes 1 de mayo se cumplió un nuevo aniversario de la ida de Pedro Chacín. Hace 22 años, cuando desfilábamos por la avenida San Martín nos enteramos de la infausta noticia. Para remate era su cumpleaños. Sin duda, Pedro fue un camarada leal, buen compañero, de ese tipo de venezolanos reclamados en la actual coyuntura.
Cort. lasverdadesdemiguel.net
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