Pero como dijo recientemente Pompeyo, (y una salsa sabrosa también) todo tiene su final, y este se anuncia con un triunfo por avalancha de la oposición unida en las próximas elecciones para la asamblea nacional. Solo les van quedando los fanáticos, los irracionales, incluso en sectores de la dirigencia chavista pareciera comenzar a imponerse la sindéresis
Corrían los tiempos en que Hugo Chávez exhibía con impudicia su cinismo dentro y fuera del país. Nuestro petróleo, y las divisas producidas por su venta, se dilapidaban irresponsablemente por el mundo comprando respaldos en los organismos internacionales.
El bozal petrolero lograba el triste espectáculo de la sumisión servil de la mayoría de los gobiernos, su silencio cómplice y el apoyo vergonzoso a las violaciones a la carta interamericana de la OEA, a la constitución venezolana y a los derechos humanos, ejecutadas por el régimen. Destacaba entonces la voz de Álvaro Uribe quien en muchas ocasiones denunció, con pruebas irrefutables, la complicidad que el desgobierno chavista mantenía con los grupos narco guerrilleros de las farc y el eln.
Creo que uno de los últimos episodios lo constituyó la denuncia ante la asamblea general de la OEA, de la existencia de campamentos de narcoguerrileros en territorio venezolano, los cuales servían de aliviadero cuando eran perseguidos por el ejército colombiano. Allí presento el país hermano pruebas que mostraban la ubicación satelital exacta, de los citados campamentos.
El naftalinoso embajador Chaderton, embadurnado de una condición revolucionaria que nadie le conoció, pues medró siempre y con éxito en los predios de copei, fue objeto de una burla extraordinaria por parte del embajador Cochéz, quien a la sazón representaba a Panamá. Cochéz conto un chiste que vale un Potosí: dijo: “ ¿Cómo reacciona un socialcristiano al enterarse de que su mujer le ha montado cachos? Reflexiona y habla con ella, le explica que eso no se hace, y en definitiva la perdona.
¿Cómo reacciona un socialdemócrata? Llega a la casa, le forma un escándalo, le cae a golpes y se va. Y, ¿Cómo reacciona un comunista? Pues monta en cólera, organiza una manifestación y se va a tirarle piedras a la embajada de los Estados Unidos.”
Siempre han necesitado los regímenes comunistas fabricar enemigos a quienes culpar de su fracaso, a quienes achacar su ineptitud, su corrupción. En definitiva, siempre son los demás los responsables de la históricamente probada inviabilidad de su modelo económico y político. Tony Judt, en su obra Postguerra, refiriéndose a Stalin dice: “Cómo todos los tiranos, necesitaba invocar la existencia de amenazas y enemigos, ya fueran nacionales o extranjeros”.
La historia demuestra que en todos los países donde se impuso el comunismo, se instauró el terror, la ausencia de libertades, la creación de un núcleo dirigente que en nombre del pueblo se enriqueció y atropelló los derechos básicos de los ciudadanos, dejando al final solo muerte y destrucción. Lo hizo Chávez y lo hace Maduro, buscar siempre a quien endosarle la responsabilidad de este fracaso que enriqueció a una casta ligada al poder y destruyó las esperanzas de un país.
Tres son los enemigos preferidos del régimen para culparlos de su exclusivo desastre, de una “guerra económica” que se circunscribe a su propia incapacidad. En lo nacional, la oposición venezolana, objeto permanente de acoso, insultos y agresiones de todo tipo, contra la cual se utilizan los “poderes del estado” para meterlos presos en inútil intento por sembrar miedo. Empresas Polar, ejemplo de eficacia, productividad, solvencia profesional, la antítesis de lo que el régimen ha hecho con las empresas estatizadas que ahora no producen, azúcar, café, cabillas, cemento, leche, carne, y pare de contar.
Por cierto el Capitán Cabello acaba de declarar que las empresas en manos del estado son más productivas que en manos privadas, ¿Quién es el imbécil, nosotros o él? Y en lo externo ¡ah! ¡ El imperio yankee!.
Ese, al que más bolas no le pueden jalar, el único que paga el petróleo en billetes verdes, el mismo que está empeñado en no derogar el famosos decreto y a lo mejor, quien sabe, en seguir tomando medidas contra algunos delincuentes, no contra Venezuela, según vayan cantando los tenores del régimen que están allá, Isea, Salazar, se dice que el teniente Andrade y quien sabe cuántos más.
Pero como dijo recientemente Pompeyo, (y una salsa sabrosa también) todo tiene su final, y este se anuncia con un triunfo por avalancha de la oposición unida en las próximas elecciones para la asamblea nacional. Solo les van quedando los fanáticos, los irracionales, incluso en sectores de la dirigencia chavista pareciera comenzar a imponerse la sindéresis.
Cort. TalCualDigital
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