jueves, 5 de marzo de 2015

Fidel Castro y el mal gusto en su hogar

Hasta el día en que las hermanas Kardashian tomen un país, Fidel Castro será universalmente considerado como el líder que más ha hablado en la historia mundial. “Mi trabajo es hablar”, dijo una vez Castro, lo que es una forma realmente discreta de decir que no se le podía callar. Castro ha dado discursos de 12 horas. Dio uno sobre la ubre de las vacas. Una vez le concedió una entrevista a la revista Boy’s Life.


Pero cuando se trata de su vida personal, Castro se torna taciturno. Mantuvo tan secreto su matrimonio con la maestra Dalia Soto del Valle que la CIA no supo de él durante años. Su hijo tuvo una vez una conversación con otro joven en un gimnasio en La Habana y quedó perplejo al saber que eran primos. Castro nunca había mencionado que su hermano Raúl tenía hijos.

Así que no es nada menos que fuera de lo normal que, durante las últimas seis semanas, el gobierno cubano haya dado a conocer fotos del líder cubano de 88 años de edad en su hasta ahora nunca vista sala, saludando a varios invitados célebres.

Las fotos tienen claramente la intención de disipar los rumores –provocados por un largo período en que Castro no apareció en público– de que estaba muerto. Pero también dieron a los observadores la primera ojeada al jamás visto interior de su casa. La conclusión: “Es de mal gusto”, dijo la presentadora radial de Miami Ninoska Pérez. “Todos esos colores, azul y verde y naranja, y otro azul diferente – es simplemente de mal gusto, del mal gusto de los dictadores”.
Para ser justos, nada de lo visible en las fotos es ni remotamente tan vergonzoso o perturbador como, digamos, los utensilios de brujería o el retrato gigante de Hitler que las fuerzas invasoras de Estados Unidos encontraron en la casa del hombre fuerte panameño Manuel Antonio Noriega. Ni tampoco tan raro como el mural de mujeres en bikini, esclavizadas por duendes, que fuera descubierto en la casa de Saddam Hussein después de su derrocamiento.

Pero los colores discordantes, los muebles que desentonan y los adornos estilo chucherías dispersos por lo que parece ser la sala de estar de Castro, bueno, digamos que el entusiasmo que él despliega por la planificación central no se extiende a la decoración interna.

“Seamos amables y llamémoslo ‘ecléctico’”, dijo Joe Fava, quien es propietario de Fava Design Group de Miami y está a punto de comenzar a presentar el programa Living in Luxury en WSVN-Fox 7. “Quizás ‘reunidos’ bajo el principio de que sólo seleccionó las cosas que le gustaban en la medida en la que las iba viendo. Definitivamente ‘un revoltijo’”.

Desde múltiples capas de pintura (las paredes de la parte de atrás de las fotos son lila-azul, las que están hacia el frente son azul claro, mientras que los cuadros son de un amarillo y rojo estridentes) hasta la figura barrigona asiática de cerámica (parece un poco un Confucio sobrealimentado) a una planta colgada al azar (”parece artificial y es definitivamente un recolector de polvo”), Fava no pudo evitar que sus ojos hicieran un recorrido por la habitación.

“Parece que los toques son sin ton ni son”, dijo Fava. “No hay ritmo o balance en nada”.

Aunque, destacó Fava, el caos para un hombre puede ser un cuidadoso esquema para otro. Por ejemplo, un panel rectangular en la parte alta de la izquierda con dos fotos tomadas a Castro y los miembros de los llamados Cinco de Cuba, los espías liberados por la administración de Obama como parte de un trato para reanudar las relaciones diplomáticas normales entre Washington y La Habana.

En la foto superior, el panel está en blanco. En la inferior, hay una imagen de girasoles. “Puede ser una imagen iluminada”, dijo Fava. “Pero realmente me parece un vidrio unidireccional, como si alguien pudiera estar de pie del otro lado, mirando a través”.

El Nuevo Herald

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