El problema cambiario va de mal en peor, y la soga de la que pende la economía del país se adelgaza y está a punto de romperse. De hacerlo, los venezolanos se enfrentarían a la peor crisis económica y social de toda su historia.
Tal como se está evidenciando, ninguno de los hombres de la Economía que Maduro puso al frente del nuevo Sistema Marginal de Divisas (Simadi) ha podido poner a funcionar el engranaje de este nuevo mecanismo cambiario.
La poca confianza que aún podían tener algunos en el Sistema parece que recibió un nuevo porrazo este jueves cuando el Banco Central de Venezuela informo vía correo a las casas de cambio y a los bancos que se suspendía a la subasta que había anunciado para ese día, la cual estaba supuesta a adjudicarles hasta $3 millones para el mercado de Menudeo; uno del trío que compone al Simadi (los otros dos son el Bancario y el de Valores).
Además de lo irregular e intempestivo de una subasta que daría un respiro a los demandantes de divisas, preocupa que a los operadores se les preguntara individualmente a cada entidad cuál era su necesidad de divisas y cuál era el monto de su postura. Esto hizo que algunos percibiesen que las adjudicaciones serían de forma discrecional a las entidades y no por subastas. Poco más se conoce oficialmente sobre lo que pasa con el Simadi.
Este mismo jueves, casualmente, en las páginas de 6to Poder, el periodista Juan Carlos Zapata publicaba una entrevista que habría realizado a un banquero bajo la condición de anonimato, donde este le habría revelado que el Simadi adolece de “problemas de tecnología no resueltos. Problemas operativos. Decisiones que no se han tomado. Y falta de personal que ejecute. Todo se mezcla”. E indicaba, ante la pregunta qué tanto falta para que funcione, que aún faltaban “muchos detalles. El tema de las providencias es clave. Se supone que en el BCV andan a millón. Definir los rubros para cada tipo de cambio”. No obstante las dificultades que revelaba el banquero a Zapata, este expresó su optimismo al asegurar que creía que el sistema iba a funcionar, afirmando que “Terminará funcionando. Porque el Gobierno necesita que funcione. Porque los empresarios quieren que funcione. Porque los banqueros requerimos que funcione. Y porque el público lo desea”.
Pero, la situación real no pinta tanto optimismo, sino todo lo contrario. La masa no está para bollos. Pues mientras el Ejecutivo termina de armar su rompecabezas cambiario, el dólar paralelo sigue como nunca antes una continua escalada que lo remontaba hoy a Bs.281,05:$. Y la pregunta del día es ¿a cuánto cerrará en la jornada?
Esta inestabilidad de la moneda perjudica a todos los actores y actividades del país. Esta es apenas una punta de un gigantesco iceberg que esconde sumergido aún una montaña de problemas para cada uno de los más de 30 millones de venezolanos. Escasez y hambre es lo que se ve en el horizonte.
Otra pregunta que surge al plantear el tema es ¿Por qué el gobierno insiste en no escuchar los planteamientos y recomendaciones que le hacen los economistas independientes y que llevarían a corregir este dramático panorama?
Para algunos analistas, como Tamara Herrera, se trata de un gobierno que, ante la ausencia de una Política Cambiaria, quiere convertir en política el problema cambiario. Nada extraño en una época donde hasta el modo de comer se ha convertido en político.
Para Félix Arellano, la razón es evidente: El gobierno busca terminar de ahorcar al sistema productivo privado para tomar el control absoluto de las importaciones. Nada de extrañar, pues esta estrategia está escrita en el Plan de la Patria.
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