SEBASTIÁN BOCCANEGRA/TalCualDigital
La imaginación también escasea en el gabinete de Nicolás Maduro. No son solo los anaqueles de mercados y automercados los que tienen cada vez más espacio para almacenar productos que no llegan, sino que los ministros no saben qué decir ante lo que está ocurriendo y cuando se les ocurre algo resulta que se comprueba que perdieron una buena oportunidad para quedarse callados.
El ministro de Alimentación, Carlos Osorio, dijo que si "no hubiese comida, no habría estas colas", cuando la cosa es realmente al revés. Si hubiera comida suficiente, la gente no tendría que salir como loca a buscar los alimentos, pues la escasez de algunos rubros que existió durante todo el 2014, en este inicio de año no hizo sino extenderse a otros productos.
Parafraseando al ministro se podría decir que si no hubiera malandros, pues las morgues del país vivirían plácidamente. Pero no es el caso. La ministra de Interior, Carmen Meléndez, siguió el guión pautado por su colega Osorio, doble colega por cierto pues ambos son militares, afirmando que "hay productos para todos", en una demostración evidente de que tiene buena palanca para llenar su despensa, pues todos los productos para todos no hay.
Ernesto Villegas quiso hacer una gracia y le salió una morisqueta. En ese afán que tienen por dárselas de estar con los pobres acusó a "los hijos de papá" de estar agitando en las colas. Debería leer las encuestas, hechas hace días, donde su jefe va en caída libre.
Para terminar con las citas, refrendamos la del bueno para nada de Jorge Arreaza, quien ofreció cárcel para los que "se atrevan a vulnerar la paz". Lástima que no haya sido tan "enérgico" y les ofreciera el mismo destino a los corruptos que se llevaron 20 mil millones de dólares de Cadivi en "maletines". A los corruptos ni con el pétalo de una rosa.
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