jueves, 22 de enero de 2015

La insegura seguridad/editorial TalCual jueves 22ene15

Xabier Coscojuela/TalCual

El derramamiento de sangre, producto de la acción criminal en este país, no cesa. El presente año se inició con la misma violencia con la que terminó 2014. Mientras eso ocurre la actual titular del Ministerio de Relaciones Interiores parece estar ausente. Ni siquiera imita a sus antecesores y anuncia algún plan. Silencio total, mientras las balas siguen haciendo estragos.


La cantidad de planes de seguridad puestos en práctica por la “revolución” en estos 15 años supera las dos decenas y sus resultados son un rotundo fracaso. El último, el que puso en marcha el defenestrado Miguel Rodríguez Torres, hablaba de unos supuestos cuadrantes en los que estaba dividido el país para que los funcionarios policiales pudieran actuar con mayor celeridad, pero no sirvió de nada.

En estos primeros 20 días del año se han registrado dos masacres. Una en el cementerio de Turmero, estado Aragua, cuando era sepultado un sujeto con amplio prontuario criminal y coincidieron dos bandas hamponiles. La rivalidad se saldó con siete muertos.

La segunda afectó a los integrantes de la banda del Picure, jefe de un grupo delictivo que imponía la “ley” en el sur de Aragua y norte de Guárico, mandando más que los gobernadores de ambos estados. Los amigos del Picure, ocho en total, fueron abatidos por miembros del Cicpc.

Según la Fundación para el Debido Proceso en 2014 fueron asesinados 338 funcionarios policiales, 18% más que durante 2013. El presente año no comenzó nada bien tampoco para los miembros de las policías, pues hasta el momento de redactar este editorial han sido asesinados, solamente en la denominada Gran Caracas, 12 policías.

La morgue de la capital había recibido hasta el pasado 18 de enero 258 cadáveres, no todos víctimas del hampa, pero sí la abrumadora mayoría de ellos habían caído bajos las balas de la delincuencia. Todos estos datos vuelven a corroborar que la inseguridad personal sigue siendo un gran problema para el país, aunque en las últimas encuestas su importancia se haya reducido. El abastecimiento y la escasez le están disputando el liderato.

Tal vez ese descenso sea la razón por la cual la titular de Relaciones Interiores y Paz, Carmen Meléndez, prácticamente esté desaparecida. Se le ve muy poco y se le oye menos. Estos días lo único que hizo fue anunciar que le pedirían la cédula a quienes compran, además de asegurar que hacían la cola porque querían.

Sobre la estabilidad del gobierno sí se ha pronunciado, pero de la seguridad personal de la mayoría de los venezolanos ni pendiente. Ni planes ni nada. Ni siquiera para hacer ver que está trabajando sobre la materia. Los cuadrantes de Rodríguez Torres ni los menciona. El posible que la ministra aparezca en el velorio del escolta del ministro de Educación, Héctor Rodríguez, asesinado ayer.

Uno siendo optimista podría pensar que la ministra no quiere hablar del tema, aunque está trabajando en el mismo, pero los datos que recogen los medios refutan tal optimismo. A los ya referidos asesinatos se suman los secuestros, muchos de ellos no denunciados, así como los robos de distinto tenor.

El comisionado presidencial para reestructurar los cuerpos policiales, Freddy Bernal, anuncia la intervención de algunas policías y la detención de varios de sus integrantes por delinquir, pero parece que tampoco tiene ninguna iniciativa para frenar y reducir la acción de la delincuencia.

En resumen, lo que ocurre es consecuencia del poco interés que desde siempre ha demostrado el cogollo chavista por enfrentar este problema. En un principio justificaron la acción delictiva en la pobreza que había en el país. Dicen haber reducido significativamente la cantidad de pobres, pero la inseguridad no hace sino aumentar. Mientras, el hampa sigue mandando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario