Ver y oír los deba tes, es un decir, que se producen en la Asamblea Nacional, es comprobar cómo se ha devaluado el Poder Legislativo en el país. Está casi al mismo nivel del bolívar. Allí no se discuten los graves problemas que afectan a todos los venezolanos, simplemente es una caja de resonancia de los intereses de Miraflores y del PSUV.
La inflación, la escasez, el desabastecimiento, la inseguridad, la precaria situación de los sistemas de salud y educación no son preocupación de los diputados rojo rojitos.
Mucho menos se tocan los casos de corrupción, que abundan, ni siquiera los que son denunciados por algunos camaradas críticos. Tampoco se da un debate sobre la economía del país, que pueda ayudar a encontrar una salida a lo que se vive. Nada que ver. Pura retórica vacía que aburre y aburre. Los rojo rojitos reparten culpas a granel pero nada de autocríticas. Para ellos el país está feliz.
Ayer emplearon el tiempo tratando de justificar la arbitraria detención del alcalde metropolitano Antonio Ledezma y preparando el terreno para justificar el allanamiento de la inmunidad del diputado Julio Borges. En el caso del dirigente de ABP recordaron hechos ocurridos hace más de dos décadas y también lo acaecido durante el 2002, aunque, que se sepa, no hay ninguna investigación abierta por esos hechos contra Ledezma. Así serán de endebles las “pruebas” que dicen tener hoy.
Como lo hemos venido advirtiendo en los últimos días, todas las señales apuntan a que la dirigencia del gobierno decidió aumentar la represión. El objetivo es provocar una reacción violenta en las filas opositoras para justificar cualquier decisión que impida la realización de las elecciones parlamentarias.
Los números de diversas empresas encuestadores indican que en los comicios que deben realizarse para renovar la Asamblea Nacional la derrota que puede recibir el madurocabellismo es importante.
El camino trazado hay que mantenerlo. Los cambios deben darse de manera pacífica y constitucional.
Desde una nueva Asamblea Nacional se puede ir enderezando el país. Claro que para ello hace falta otra composición partidista, una donde prevalezca la convicción democrática. Que debata y legisle pensando en solucionar los problemas de los venezolanos. Hay que concentrarse en ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario