Libertad para los presos políticos. Para todos sin excepción. Libertad para los policías metropolitanos, implicados malamente en los sucesos del 11A, a quienes desde hace un tiempo les corresponden medidas sustitutivas de prisión, por el tiempo cumplido de la pena.
Un gobierno que se precia ante los miembros de Unasur de ser demócrata no puede seguir utilizando los tribunales y la fiscalía para perseguir a quienes se le oponen. Las razones por las cuales están presos Leopoldo López y Daniel Ceballos son totalmente políticas, al punto de que una organización tan seria como Amnistía Internacional lanzó una acción urgente a escala mundial para exigir la liberación de ambos. Ayer en Caracas, al cumplirse un año de la detención de Leopoldo López, buena parte de la dirigencia democrática del país se hizo presente en la plaza Brión de Chacaíto para exigir la libertad del líder de Voluntad Popular y el resto de los detenidos. Todos los presentes tienen claro que el Gobierno de Nicolás Maduro parece haber optado por la represión. Sus amenazas del pasado sábado, donde acusó sin pruebas ni fundamentos, a la mayoría de los dirigentes opositores de participar en un supuesto golpe de Estado, así lo confirman. Esta última jugada es una confesión de su temor a contarse electoralmente. Los sectores democráticos del país deben seguir por el camino constitucional, unidos, con una sola agenda, la cual debe concluir en el triunfo de los comicios parlamentarios, para proseguir en un fortalecimiento de la democracia, el respeto a los derechos humanos y la construcción de poderes públicos independientes.
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