CARACAS / AFP.- El gobierno de Venezuela anunció este martes la liberación parcial del mercado de cambio al crear un nuevo mecanismo de compra y venta de divisas a través de operadores de bolsa y bancos, una medida que los analistas estiman será insuficiente en esta economía ávida de divisas.
Esta medida, que no modifica el esquema vigente de tres tipos de cambio oficiales y uno negro, busca reducir el pesado déficit fiscal de alrededor del 20% del PIB, agravado por el desplome de los precios del petróleo y en un contexto de severa recesión, inflación y escasez de productos.
Las autoridades venezolanas aseguraron que el 70% de las divisas seguirán siendo asignadas a bienes básicos como alimentos y medicinas a la tasa de Bs 6,30 por dólar existente desde 2013, con lo que la incidencia de la medida anunciada este martes se prevé limitada.
El 20-25% de las divisas estarán a destinadas a bienes considerados no prioritarios y su tasa de cambio se fijará de acuerdo al mercado de subastas conocido como Sicad, que arrancará en una cotización de Bs 12 por dólar pero que fluctuará bajo el control del gobierno.
El restante 5-10% se asignará a través del nuevo “Sistema Marginal de Divisas” (Simadi), que según el ministerio de Finanzas funcionará libremente y atado a la oferta y la demanda.
El gobierno no informó sobre su previsión de esta cotización, así que por ahora no se puede el porcentaje de devaluación que implica esta medida. Varios analistas aseguran que podría situarse entre 125 y 140 bolívares por dólar.
“El Simadi es abierto, es libre; donde los oferentes y los demandantes se pueden cruzar entre sí”, afirmó el ministro de Finanzas, Rodolfo Marco Torres, que aseguró que los detalles de funcionamiento y la fecha de inicio se conocerán a partir del miércoles.
El tope para la compra en casas de cambio será de 300 dólares diarios, mientras que en la venta no habrá límites, indicó el funcionario.
Por su parte el presidente del Banco Central, Nelson Merentes, desestimó que el nuevo mercado tenga efectos inflacionarios y aseguró que servirá para bajar el precio del dólar en el mercado negro, que este martes se cotiza a 185 bolívares, causante de la escasez y de la subida de precios.
Analistas y bancas de inversión esperaban una devaluación del bolívar ante el dólar para corregir los desequilibrios fiscales y monetarios que afectan la economía venezolana, y que la llevaron a una contracción de casi 4 puntos en el PIB durante 2014.
Asimismo la inflación de 64% y la escasez de al menos un tercio de los rubros básicos que padecen los venezolanos, han estado motivadas por la escasez de divisas en Venezuela, que vive bajo un control de cambio desde 2003.
Sin embargo a juicio de algunos economistas, esta nueva medida no servirá para resolver la crisis.
“No veo absolutamente nada que sea una buena noticia en los anuncios oficiales. Mantener un gran número de divisas en 6,30, una tasa sobrevaluada, es simplemente un absurdo que hiperestimula la demanda de divisas y mantiene completa la distorsión en medio de una crisis severa con una caída de la mitad de su ingresos”, explicó el economista Luis Vicente León, director de la consultora Datanálisis.
“Los cambios múltiples mantienen el arbitraje y los estímulos para la corrupción, los desvíos y la sobrefacturación”, agregó.
“El ejecutivo opta por repetir esquema de 2014: múltiples tasas y migración de rubros a tasas más altas. Pero ya el petróleo no está a $100”, indicó por su parte Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.
Venezuela, que obtiene 96% de sus divisas de las exportaciones petroleras, ha visto como el precio del crudo ha caído casi 60% desde junio de 2014, y con ello casi todos sus ingresos en divisas.
Los problemas de liquidez externa de Venezuela -con miles de millones de dólares en deuda- y la conflictividad social ya han provocado que agencias de calificación como Moody's y S&P adviertan sobre un riesgo de suspensión de pagos por parte del país caribeño.
El presidente Nicolás Maduro dijo en su programa, que transmite la televisora oficial, que se trata de “una campaña mundial” de las agencias de calificación.
“Son unas calificadoras con mucho riesgo, siempre se equivocan. Es una guerra contra el país para negarnos los recursos financieros (a los) que podríamos tener acceso en el mundo para nuestro funcionamiento”, expresó el mandatario.
El Nuevo Herald
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