No en vano estamos a menos de una semana del carnaval. Ayer el ministro de Finanzas, Rodolfo Marco Torres, y el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, le pusieron una máscara al bolívar “fuerte” para que no se viera cómo quedaría su cara luego de la nueva devaluación que la moneda nacional acaba de sufrir.
La rueda de prensa fue medida milimétricamente. Solo tres preguntas, dos de periodistas de medios públicos para no ser importunados. El Sicad I y el II se fusionan y la moneda vale 12 bolívares, pero se deslizará en una dirección o en otra. Eso dice el ministro, pero todos sabemos que se deslizará hacia abajo, el bolívar claro, cuesta abajo en su rodada, como viene ocurriendo desde hace ya demasiados años.
Según las cuentas del economista Miguel Ángel Santos, en tiempos de “revolución” estos bolivarianos han devaluado la moneda nacional en 32.900%, 46% al año. Definitivamente hay amores que matan.
Ese Sicad será también una subasta, nada nuevo bajo el sol, lo novedoso es que haya suficientes bolívares para que las empresas puedan importar. El esquema se aplicó el año pasado y todos sabemos cuál fue el resultado: inflación, escasez y desabastecimiento. Todo ello con un precio petrolero que terminó promediando los 90 dólares el barril. Si con ese monto no hubo dólares suficientes, con más razón la escasez de billetes verdes se debe acentuar este año.
Mantener el dólar a 6,30 tiene una finalidad netamente electoral. La inflación mata votos. En todo caso no debemos olvidar que también durante 2014 los alimentos fueron importados a esa paridad cambiaria y la inflación en ese renglón superó el 90%. Hay quienes aseguran que la referida tasa significará pingües negocios para algunos. Seguramente dentro de unos años algún nuevo Giordani hará la respectiva denuncia y la Fiscala no hará, para variar, la investigación correspondiente.
Anuncian la creación del Sistema Marginal de Divisas, nombre muy particular, el cual será regido por el mercado, según anunció el ministro. Es posible que este reconocimiento hacia el mercado le pueda significar algún problema a Torres dentro del maduro-cabellismo.
En resumen, creemos que siguen tratando de correr la arruga, esperando que ocurra algún milagro que les permita seguir manejando el país con la irresponsabilidad que lo han hecho durante estos 16 años. Los cálculos electorales siguen pesando mucho en sus decisiones. Sin embargo, estamos convencidos de que se les hizo la noche. Si la MUD actúa sensatamente tiene el triunfo asegurado.
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