Basta con leer las informaciones que vienen del Gobierno para otear la magnitud de la crisis económica que aprisiona a los venezolanos.
Por un lado, Nicolás Maduro anuncia que dará un “revolcón económico” y que no dará divisas a los empresarios de Fedecámaras, lo que es igual a más escasez. Por otro, el Ministro de Salud dice que va a instaurar una libreta de racionamiento de los fármacos para enfermedades crónicas (el Sistema Integrado de Acceso aMedicamentos -Siamed). Es decir más control.
Y trasciende además que la opinión pública que el Banco Central de Venezuela (BCV) empeñó una parte del oro de las reservas internacionales por casi $1 millardo, lo que hace vislumbrar un nuevo desangre a las arcas públicas.
Comenta, por ejemplo, que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que el desempleo fue de 5% en diciembre (mes en el que normalmente se registran cifras pico de empleo). En realidad, el desempleo debe haber sido el doble de lo reportado por cuanto el INE clasifica como “empleado” a una persona que realizó tan solo una hora de actividad remunerada en la semana previa.
Otro enigma es la inflación. Aunque el BCV informa que la inflación en 2014 fue de 68,5%, también explica que reestructuró su cesta básica de consumo a mediados del año pasado para hacerla “más representativa de los patrones de consumo actuales”, sin detallar cuál es la estructura del nuevo índice. Por lo tanto, se puede suponer que la intención era (y es) presentar cifras de inflación inferiores a las reales. Tal vez lo que tratan de ocultar es lo que revela el Cendas-FVM, cuyas cifras diferían históricamente muy poco de las del BCV: Desde abril de 2014 hasta marzo de 2015 el costo de su canasta familiar subió 99,9%.
Otro enigma que señala VenEconomía proviene de PDVSA. La estatal afirma que está exportando 2,4-2,5 millones de barriles por día y que está produciendo 2,85 millones de b/d, lo cual no cuadra: 1) El consumo interno es de aproximadamente 650.000 b/d, así que quedarían 2,2 millones de b/d disponibles para exportación. A menos, por supuesto, que incluya 200-300.000 b/d de crudos livianos importados para mezcla, los cuales luego se exportan nuevamente. 2) La OPEP estima que la producción venezolana es del orden de 2,35 millones de b/d (solo crudos) de lo que se infiere que las exportaciones netas de Venezuela son del orden de 1,8 millones de b/d, lo que ayuda a explicar por qué hay tan pocos dólares en el país. ¿Por qué será que el Gobierno no invita a la OPEP al país para corroborar las cifras reales?
VenEconomía también explica que la Balanza de Pagos está rodeada de misterio. Las escasas cifras que publica el Banco Central son cuestionables. El Banco anunció a comienzos de este año que contabilizaría como “reservas” ciertos activos no monetarios (por ejemplo, diamantes). Asimismo, el Banco tasó sus vastas tenencias de oro a $1.258 por onza troy en febrero, cuando el oro se estaba cotizando en Londres a $1.210/oz. Al igual que PDVSA, el Banco Central maquilla sus totales de exportación (compensando las diferencias en la Cuenta de Capital), un procedimiento que le permite presentar superávits de la cuenta corriente cuando, en realidad, el país está registrando déficits.
VenEconomía concluye que “Parálisis” es el término que mejor describe la economía.
Los problemas de Venezuela son muchos, pero se pueden resolver. Sin embargo, el primer paso tiene que ser limpiar el camino de los desechos de las mentiras y distorsiones para que todos, incluyendo los que formulan las políticas, puedan saber y entender dónde están parados.
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