Nicolás Maduro regresó desesperado de la Cumbre de Panamá. Ni siquiera su día y medio en La Habana con Fidel Castro le ayudaron a pasar el "encab..." que dijo sentir en su escatológico discurso oficial que el presidente Obama no quiso escuchar.
Maduro ya había tenido fracasos anteriores (como el viaje a China, Rusia y países árabes, del que regresó con las manos vacías), pero no tan terribles para su ego como el de esta VII Cumbre. Al llegar a Panamá se encontró con un documento crítico contra su gobierno por la violación de derechos humanos y su negativa a liberar a los presos políticos, suscrito por 26 expresidentes, y la presencia de las infatigables Lilian y Mitzy.
El varapalo de Panamá es imposible suavizarlo y menos ocultarlo: dos sonoros cacerolazos antes y durante su deplorable discurso oficial; no pudo presentar las firmas contra Obama; solo los presidentes subvencionados por el chavismo protestaron por el decreto de Estados Unidos. Pero lo que más le dolió a Maduro (además de saber que las encuestas en Estados Unidos aprueban las sanciones a funcionarios venezolanos incursos en violación de derechos humanos y aplauden iniciar las relaciones con Cuba) es que, después de la milmillonaria campaña publicitaria a favor de la eliminación del decreto, no fue derogado. Solo la “cacería” del suplicante Nicolás para ser recibido por Obama, produjo el fortuito encuentro en un pasillo, de 3 minutos (y no 10).
El dispendio de Chávez cuando el petróleo estaba a más de $ 100 el barril, de llevar miles de chavistas a sus giras internacionales para que le aplaudieran, es repetido por Maduro en plena miseria nacional. El colega Nelson Bocaranda informó que Maduro llevó a Panamá 1.200 “aplaudidores” (otros hablan de 1.500), a quienes les dieron 400 dólares de viáticos, pago de hotel y costo del viaje aparte. Dilapidados más de 800.000 la misma semana que Maduro eliminó parte del raquítico cupo que el gobierno asigna a los viajeros. Gasto inútil, porque no pudieron ponerle sordina a los cacerolazos contra Maduro, ni a los piropos de Raúl Castro a Obama.
Al regreso de la cumbre, Maduro insultó a todo el mundo, dentro y fuera del país. Bramó que iba a aplicar “mano dura contra el saboteo económico” y ofendió gravemente a los empresarios (“saboteo” es el despilfarro en Panamá y el gasto en publicidad en lo que va de 2015, que según el IPYS Venezuela, ha sido de 612.867.446 bolívares (97.000 dólares), 4 veces más que en 2012, cuando el petróleo estaba a $ 100 el barril.Tarea vana, porque las recientes encuestas Keller y Varianzas acusan al gobierno y a Maduro de la corrupción, escasez, inflación, inseguridad y otros, mientras su popularidad se esfuma.
La solicitud del parlamento español para que sean liberados los presos políticos hizo estallar a Maduro en insultos contra el presidente Rajoy, con lo que demuestra su condición totalitaria al “olvidar” que en España sí hay separación de poderes. Llamó “racista” a Rajoy y algo peor: “Vaya a opinar de su madre”. ¿Por qué en vez de insultar a Maduro no indaga con el intervenido Banco de Madrid y la banca de Andorra sobre los informes emanados de la policía andorrana publicados por el Consorcio Iberoamericano de Periodistas de Investigación integrado por profesionales de Argentina, Colombia, Panamá, Brasil, Chile, Venezuela, Estados Unidos, México, Costa Rica y España y publicado por numerosos periódicos de Europa y América, en el que se demostraría que Venezuela dio pasaportes diplomáticos para blanquear cantidades enormes de dinero que era enviado en la valija diplomática, y que la policía andorrana señala a dos expresidiarios (con antecedentes penales, uno por tráfico de cocaína y otro por robo de un avión) que se identificaron como “asesores” del hoy presidente del BCV y entonces ministro de Economía? El informe presenta copia de los pasaportes diplomáticos y otros datos que, al igual que lo que denunciase el ministro de Economía de Panamá, son escalofriantes. UNT y otras organizaciones están exigiendo una investigación sobre blanqueo de capitales en el caso de Andorra, sobre el que hay silencio oficial.
La presión internacional contra el gobierno de Maduro es imparable: en 48 horas (El Nacional) los parlamentos de España, Chile y Colombia pidieron la libertad de los presos políticos, y con anterioridad lo han solicitado otros parlamentos y personalidades políticas del mundo. El desprestigio internacional coincide con la vertical caída del apoyo interno a Maduro. Las encuestas lo culpan de la escasez, inseguridad terrible, inflación y de otros males del país. Tan consciente está la cúpula roja de la catástrofe por venir, que prevalidos del control de los poderes a su servicio, el CNE y el INE falsean las cifras para favorecer electoralmente al PSUV, hasta el punto de que la oposición pierde cinco diputados en los circuitos que domina (ya ocurrió con la actual AN: con falseamiento de circuitos, gobierno resultó “mayoría” con 48% de los votos y oposición “minoría” con 52%). El comportamiento delictivo es tal que según los cálculos técnicos -añade El Nacional- los lugares esquilmados “recuperan” la población sustraída después de las elecciones.
Maduro hace aguas: sigue dilapidando sin tregua mientras que la economía venezolana caerá este año 7%, la inflación superará 100%, la escasez promediará 80%, el déficit será superior a 25.000 millones de dólares y las muertes violentas se multiplican. ¡Y todavía Maduro cree que, en medio de esta debacle, va a ganar las parlamentarias con las burdas trampas del INE y de Tibisay! ¡Tendrá que suspenderlas como hizo con las del Parlatino!
Cort. El Nacional
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