viernes, 17 de abril de 2015

¡La soberanía del hambre!/VenEconomía viernes 17abr15

Por: VenEconomía
VenEconomía realizó este jueves 16 de abril, su tradicional seminario de actualización de las Perspectivas Económicas, Políticas y Sociales de Venezuela.


En esta oportunidad estas Perspectivas abarcan el período 2014-2019, para el cual se desarrollaron dos escenarios: Uno, 1984 (una versión de la novela de George Orwell) en el cual proyecta que Nicolás Maduro se mantiene aferrado al poder, imponiendo a la población sus equivocadas políticas “socialistas” y dictatoriales, y haciendo indetenible que Venezuela siga el camino hacia el colapso, la miseria y la pobreza propia de una sociedad comunista del siglo XXI.
El otro escenario es el de Chinazuela, donde el gobierno, al optar por un programa de ajustes con el apoyo del FMI, recuperará la economía y encamina al país hacia el “modelo chino”, el cual combina una economía dinámica de mercado con una dictadura totalitaria.


Tal como se deduce de las exposiciones de los diversos analistas invitados por VenEconomía a este evento, en la actualidad estaría desarrollándose el escenario 1984, evidenciadas por un lado, en la renuencia del Gobierno de Maduro de rectificar las políticas contenidas en el Plan de la Patria; y, por otro, en las recientes declaraciones públicas del mandatario anunciando que radicalizaría aún más su “revolución”, seguidas de actuaciones que ratifican esa inalterable decisión.

Todas las exposiciones de los analistas coincidieron en que Venezuela está inserta en una profunda crisis económica- política y social, donde se ha afectado a todos los sectores  productivos sin distingo alguno, incluyendo al sector petrolero, pivote de la economía nacional.

Tal vez, el análisis de Rodrigo Agudo, experto y consultor en el área agroalimentaria, fue tal vez el de mayor impacto en los asistentes, por tratarse de un área sensible que afecta el día a día de los ciudadanos.

Agudo, hizo una retrospectiva de las políticas que se vienen implementando en el sector desde 1999, cuando Hugo Chávez llegó al poder, entre las que destacó las expropiaciones de tierras productivas, la confiscación de industrias y cadenas de comercialización, aplicación de leyes socialistas penales y fiscalizaciones arbitrarias. Una política que ha impuesto un poder absoluto del Estado sobre el sector privado de la economía, reduciéndolo a la mínima expresión, que ha generado desconfianza en los inversores, alejado los capitales, nacionales y extranjeros y condenando a la población al flagelo de la inflación y escasez.

Afirma Agudo que en estos últimos 14 años se golpeó fuertemente el sistema productivo, dándole ímpetu a las importaciones al amparo de los abundantes ingresos petroleros derivados de un alto precio del crudo.  Un amparo que hoy ya no existe tras la caída de los precios del petróleo.
Para Agudo “Venezuela ha entrado en un proceso de pérdida de la soberanía productiva en un entorno de escasez creciente”. Una escasez, que ya es un problema estructural derivado de la destrucción de toda la cadena de comercialización por parte del gobierno (pérdida de crédito exterior, pérdida de oferta, ataques a mayoristas, ataques al detal).

Un dramático ejemplo se tiene en el circuito cárnico, donde el control de precios y la falta de inversión en el sector han mermado la oferta de la carne en el país. Una situación que se repite con los cereales, el aceite, lácteos, azúcar, y un largo etcétera de productos de la cesta alimentaria. Un problema del que no escapan ni las empresas del Estado, las cuales según las cifras publicadas en las memorias y cuenta de los ministerios de Alimentación e Industrias reflejan que empresas como Lácteos Los Andes, Industrias Diana, Vtelca, Orinoquia y Venezolana de Industrias Tecnológicas, no pudieron cumplir con las metas modestas previstas para 2014, no solo por las dificultades en la adquisición de materia prima nacional e importada por falta de divisas, sino por la ineficiencia y corrupción.

A entender de Agudo, hoy el  problema de la escasez, que somete a la miseria y angustia a 3,5 millones de familias, es imposible de solucionar en el corto plazo. Estima que se requieren hasta tres años para algunos productos, cuatro a seis años para otros y hasta 10 años para algunos, tales como la carne de res. O sea, se necesitaría una década para restablecer la cadena de comercialización, inventarios y consumo que existía en 1999.

¡Buena soberanía alimentaria la que construyó la Patria Socialista!

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