viernes, 24 de abril de 2015

"Soy el chivo expiatorio"


El ex ministro de transporte acuático y mayor general, Hebert García Plaza, no confía en la administración judicial en Venezuela. Afirma que hay una orden superior y explica que si realmente se quisiera luchar contra la corrupción hay mucha tela qué cortar, pero cree que lo quieren como el chino de Recadi en la lucha contra la corrupción

GLEXI MONTERO / QUINTO DÍA 
El General Hebert García Plaza declaró luego de que el Tribunal 10 de Control del Área Metropolitana de Caracas ordenara su aprehensión por la compra de 3 ferrys a una empresa española: “me quieren como el chino de Recadi en la lucha contra la corrupción”, en entrevista con el diario Quinto Día.

Desde el lugar donde ha seguido todo lo sucedido con el caso que adelantan los tribunales sobre los tres ferrys que se compraron en España, el mayor general Hebert García Plaza, ex ministro de Transporte Acuático y Aéreo y ex ministro de Alimentación, habla en exclusiva para Quinto Día, y por primera vez, luego de la decisión por la cual pesa sobre él una orden de aprehensión por parte de un tribunal venezolano.

“Yo salí de Venezuela desde enero de este año. Estuve en Panamá y llenando unas formas de trabajo”, dijo el que de héroe pasó a villano.

No duda que la verdadera razón de fondo es que tocó intereses cuando ejecutó acciones y denuncias contra algunas empresas.

“El Presidente quería que se tomaran acciones contra Makro, contra la Polar. Hicimos denuncias contra empresas de maletín que recibieron dólares y no traían la mercancía. Empecé a denunciar a las empresas de maletín sobre todo a las que importaban carne. Hubo varias cosas ahí que al parecer no gustaron mucho, por tocar intereses de algunos personeros del Gobierno”.

–¿Qué pasó con el Presidente?

–De alguna manera él fue tomando desconfianza y se fue maltratando la relación. Yo lo sentí y por eso presenté mi renuncia.

–¿Piensa responder y presentarse ante el tribunal?

– Los abogados están evaluando las audiencias y todo lo que se sustenta para determinar en qué momento me presentó en tribunales.

–¿Sinceramente, confía en la administración de justicia en Venezuela?

–(Tajante) No, no y no, menos cuando hay una orden superior. Si realmente se quisiera luchar contra la corrupción hay mucha tela qué cortar, pero creo que me quieren como el chino de Recadi en la lucha contra la corrupción.

–Y sobre la adquisición de los ferrys, ¿cree usted tener responsabilidad en presuntos hechos de corrupción en ese caso?

–Para nada. Llega un informe de una denuncia, de la presidencia de la República, que envía la ministra Carmen Meléndez, diciendo que esos busques, que se estaban negociando con Grecia, son hechos para otro tipo de mares, por lo cual se envía una comisión que la corrobora  y por ello la compra de los barcos se detiene. Se nombra una comisión, incluso se le pide al ministerio del Despacho, para que involucre unos inspectores de la presidencia, para que de manera amplia y transparente, verifique en Europa, buques disponibles. Y el primero que se adquirió el Virgen del Valle II. Luego fueron el Virgen de Coromoto y el San Francisco de Asís. Esos barcos fueron inspeccionados alla y se vinieron navegando desde Europa hasta Venezuela y no hubo ningún tipo de novedad ni en la ruta La Guaira-Margarita, estuvieron funcionando muy bien por más de un año. Eso nos da fe de que no son chatarra. Ahora, si a esos barcos no se les hace mantenimiento pues se van a parar en algún momento.  En la adquisición de esos buques no hubo intermediarios.

–¿Ha recibido solidaridad y apoyo de militares y funcionarios del Gobierno?

–Sí, claro que sí, porque la gente sabe quién soy yo. La gestión está ahí, se arreglaron los aeropuertos, nos ocupamos de los ferrys, lo que sucede es que se solicitaron unos respuestos por Cencoex, que nunca llegaron, por poco más de 10 millones de dólares, pusimos casi 100% operativo el buque de carga que va de Margarita a Coche. El Presidente siempre reconoció mi gestión y por eso fue que me dio tantos cargos. No sé qué pasó, no se si fue que le metieron chismes. Parece que soy la persona más débil para sacrificarme y ser la demostración de la lucha contra la corrupción.  Conferry fletó hace poco un buque que atraca en Guamache al no poder hacerlo en Punta de Piedras y paga por él 25 mil dólares diarios; con esos recursos ya se le hubiese dado mantenimiento a los tres adquiridos.

–¿Usted aún cree en la revolución bolivariana?

 –Con Chávez, sí.

–¿Tiene usted cómo justificar los bienes que tiene? 

–Absolutamente, sí. Mis bienes están en Venezuela.

–¿Tiene padrinos políticos?

–Ninguno. Yo nunca aspiré a ser ministro y le dije al señor Presidente que sería solo hasta el 2015 para dedicarme a mi familia.

–¿General, cómo se siente usted ante lo que le está sucediendo?

–Mal, muy mal. Mal porque un prestigio ganado en 34 años de carrera militar se ve manchado por un hecho donde se trata de resaltar que los barcos dejaron de funcionar, pero qué casualidad que fue cuando yo salí del Ministerio. No es fácil sentirse bien cuando quieren mancharme una hoja de servicio. ¿Cómo cree que me pueda sentir? Pero bueno, la pelea es peleando.
Cort.  TalCualDigital

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