Mi comentario de la Semana
El recuerdo más salvaje que conservan los sobrevivientes argentinos de la guerra de Las Malvinas es el salvajismo del batallón de gurkhas, los sanguinarios nepaleses que precedieron a las tropas inglesas en la batalla de Puerto Argentino: “Avanzaban gritando y degollando”, evocan los testigos de aquella matanza.
El recuerdo más salvaje que conservan los sobrevivientes argentinos de la guerra de Las Malvinas es el salvajismo del batallón de gurkhas, los sanguinarios nepaleses que precedieron a las tropas inglesas en la batalla de Puerto Argentino: “Avanzaban gritando y degollando”, evocan los testigos de aquella matanza.
La mención viene al caso porque en nuestra reclamación por el Esequibo, los ingleses están a la zaga, sobre todo conociendo la prepotencia de Bryan Hunt (diplomático guyanés), quien ha dicho que una embarcación de la Exxon en aguas de la zona disputada estará allí el tiempo que quiera Georgetown. Ni siquiera los más escépticos dudarían del apoyo inglés a Guyana. A simple vista se puede interpretar que la concesión de Guyana a la Exxon Mobil para buscar petróleo en el Esequibo es un asunto de oportunidad; aunque puede también deducirse que se trata de una provocación de Washington para embarcarnos en una situación similar a la ocurrida en La Malvinas. Pero bien, pase lo que pase, Venezuela no puede renunciar a sus derechos porque constitucionalmente, visceralmente, por encima de cualquier cosa, el territorio nacional es intransferible e irrenunciable. Nuestra reclamación no es una herencia del capitalismo que nos obligue a decirle a Guyana que renunciamos a ella. Así como Guantánamo es una conquista imperial, también lo es el Esequibo. Pedirle a Venezuela que desista de su reclamo, es como solicitarle a Bolivia que haga lo propio con su aspiración de tener una salida al mar. El 20 de febrero de 2004, estando en Georgetown, Chávez no sólo afirmó que Venezuela no sería un obstáculo para cualquier proyecto de Guyana en el Esequibo, sino que además prometió que la reclamación venezolana sería eliminada del marco de las relaciones sociales, políticas y económicas de los dos países. ¿Qué ocurrió para que Chávez abandonara su tradicional nacionalismo? ¿Tuvo alguna relación con la posición de Cuba? No olvidemos que tiempo atrás La Habana apoyó a Guyana en la ONU. ¿Podía Chávez echar mano a una tesis marxista sobre las herencias del capitalismo para aceptar el desmembramiento del territorio venezolano? ¿Qué le hizo cambiar su política inicial de rechazar cualquier concesión que pudiera hacerle Georgetown a las transnacionales en el Esequibo? Guyana ha aprovechado el reciente impase entre Venezuela y Estados Unidos para darle luz verde a Exxon Mobil en la zona reclamada por Venezuela. Atrás quedaron los días cuando un Chávez nacionalista, con la conciencia castrense de resguardo de los intereses nacionales, se opuso de manera contundente a la concesión que entregó Guyana a la empresa estadounidense Beal Aerospace Technologies INC para la instalación en la zona de una plataforma para el lanzamiento de cohetes espaciales; la posición de Chávez obligó a la mencionada empresa a desistir de sus intenciones. Sería una estupidez aceptar ahora que nuestra reclamación responde a un acuerdo entre el viejo imperio y un viejo gobierno de Acción Democrática. La tierra se defiende y no hay razones que valgan para acusar de desenfrenados racistas a quienes exigen el ejercicio de la soberanía. Propongo que mediante un referéndum se consulte al pueblo venezolano si está o no de acuerdo con desistir el reclamo sobre el Esequibo. Estoy seguro de que el Gobierno, sin recurrir a una costosa campaña, si se propone recoger firmas para exigirle a Georgetown el retiro de Exxon Mobil del territorio en reclamación, no serían 10, sino 20 millones de firmas que estarían a la disposición del CNE para ser corroboradas y certificadas.
CORRIDA. Una de las cosas más inquietantes que han ocurrido en estos días y que permanecen bajo un total silencio, es la salida de la cámara de compensación de un importante banco. Los rumores malintencionados han ocasionado una marea de retiros, encendiendo las alarmas. Una corrida bancaria es impredecible. El caso de la entidad que salió de compensación podía ser irrelevante si no fuera porque otros dos bancos importantes han sido blancos de rumores incesantes. Hay motivos de sobra para pensar que hay gente interesada en provocar una crisis bancaria, sobre todo en estos tiempos cuando aparecen serias grietas en la economía nacional. ¿FACTURA? ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, es la obra teatral de Edward Elvee, todo un compendio de reproches mutuos y odios ocultos. El caso del MG Hebert García Plaza pareciera tener ribetes semejantes. Siendo ministro de Alimentación investigó la gestión de su predecesor, con resultados poco halagadores para este último. Posteriormente, tuvo en sus manos un informe sobre la violencia en Caracas. En privado aseguró que al hacerle ver a su superior en Defensa, el cómo las bandas delictivas contaban con un inusual poder de fuego, esté, lacónicamente, le respondió: “No puedo hacer nada porque tengo las manos atadas”. HGP fue uno de los más radicales durante las represalias contra los jeques del desabastecimiento. Hace unos años escuché la historia del teniente que le tocó trasladar a Nicomedes Zuloaga (entonces jerarca de la electricidad), desde un retén hasta los tribunales. Al oficial se le ocurrió llevarlo esposado, como se hacía con cualquier preso. Resulta que NZ juró vengarse. A los meses, el teniente fue detenido y acusado de llevar drogas en la maleta de su carro. ¿Lo sembraron? ¿Lo alcanzó la imprecación de Zuloaga? Hoy, ¿“sembraron” al MG García Plaza? DISIMULO. La doble cara de El Universal: El 21/4/15, en su versión digital publica una encuesta de Datanalisis, según la cual el Polo Patriótico pierde las elecciones parlamentarias ante la oposición que lo aventajaría por 20 puntos. Extrañamente, la información es ignorada en la versión gráfica del rotativo. ¿A qué juega El Universal? Que se sepa, sus nuevos dueños son afectos al Gobierno. OJO. Habría que preguntarse quién pierde más con la anunciada demanda en contra de El Nacional y La Patilla. El problema se suscita por una información internacional en contra de Diosdado Cabello. Al presidente de la AN le asiste el derecho de litigar sobre el señalamiento; sin embargo, la demanda será utilizada como una agresión a la libertad de expresión y en el mundo explotarán el juicio a rabiar, y el único perjudicado será el Gobierno. ENSEÑANZA. La Cumbre de Panamá no fue exitosa para Venezuela. Demasiada alharaca y, finalmente, Washington desinfló el bombo cuando “aclaró” que no constituimos amenaza para ellos. El objetivo del Gobierno venezolano se cumplió a medias porque los gringos no derogaron el decreto. Todo volvió a su nivel y la campaña de las firmas es ya cuestión del pasado. La solidaridad de Cuba se diluyó en el discurso de Raúl Castro, pleno en bondades para el mandatario estadounidense.
RIÑONES. Lean esta joyita atribuida al director de la Policía de Caracas para referirse a la cantidad de agentes asesinados durante los últimos meses: “No representa porcentualmente una cifra por la que nos podamos sentir abrumados”. Sin comentarios. ADULTERINOS. Como siempre, las encuestadoras bailan al son que les toque el mejor postor. Otra vez Hinterlaces, la misma empresa que daba a Maduro (2013) ganador por 15 puntos, hoy anuncia que hay una recuperación del Gobierno en la opinión popular y fortalecimiento del chavismo. ¿Por qué miente? Hinterlaces persigue que el Gobierno se duerma en sus laureles. Además, existen serias evidencias que esa firma mantiene estrechos lazos con El Nacional (juega para los dos bandos). CUENTISTA. Una máxima: “No hay político que no ceda a la tentación de decir embustes”. Isabel Carmona (AD) afirma que durante el gobierno de Pérez Jiménez, El Nacional fue “la conciencia democrática de un pueblo amordazado”. La historia revela lo contrario. DESPIDOS. En Pequiven-Morón la clase obrera no va al paraíso. Los trabajadores de la nueva planta de urea y amoniaco denuncian las irregularidades cometidas mediante la aplicación de la nueva LOTTT. Allí se ejecuta una política de despidos. Ellos acusan a los inspectores del Trabajo en Carabobo de estar a favor de los patronos. BREBAJE. Los hechos irregulares se multiplican: Hay denuncias en Café de Venezuela Tiendas y Servicios, S.A. Se viola abiertamente el decreto de inamovilidad. Por cierto, revisen los gastos de esa empresa y se encontrarán con sorpresas. BIBERÓN. Si el Niño Jesús estuvo alguna vez en Vargas, lo más probable es que allí le robaron el tetero, porque es la única manera de explicarse los desgobiernos que le han tocado a la tierra de los guaireños. No se trata de un infundio inspirado en una leyenda negra. Su imagen de desolación apenas es disimulada con algunos parches. Cunde la marginalidad y los ilegales hacen de las suyas. FERIA. Invershows es la empresa del momento en los espectáculos montados por el Gobierno. Su propietario es un exministro, quien a su vez lo es también de Tuandamio (la firma encargada de la logística). Habría que preguntarse si los eventos los subvenciona el Estado a 6.30, porque hay entradas a 45 mil bolívares. En ese engranaje de danzas dolarizadas, aparece también Promontaje, cuyo representante es el mismo que remodeló el Poliedro y participa en algunos arreglos en el Teatro Teresa Carreño (lo vinculan a la Vicepresidencia de la República). LODO. El queso que había en la mesa también se lo comió; lo de Rafael Ramírez en Pdvsa no es cuento. El nepotismo fue de marca mayor, hasta los comedores de La Campiña y La Tahona eran manejados (¿lo son todavía?) por un sobrino suyo de apellido Bastidas. Allí no se salva nada; hasta las cooperativas no pudieron cruzar el charco sin enlodarse. LEGÍTIMO. En uno de los tantos clásicos ganados por el ejemplar Water Jet, quien entró al paddock a tomarse la fotografía con el animal fue el conserje de su verdadero dueño para entonces ministro de Educación. Héctor Navarro era el genuino propietario del stud Fantasma, cuadra a la que pertenecía el famoso triplecoronado.
Cort. Las Verdades de Miguel
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