Una casilla postal de una tienda en Sunrise, en Broward, fue utilizada para montar una empresa de papel beneficiada con miles de dólares transferidos desde Ecuador como parte de un esquema para lavar dólares en un millonario fraude de exportaciones a Venezuela.
Intraecua International Trading Ecuador Inc., fue registrada por el venezolano Yaví del Castillo en una casilla postal de la tienda Pak-N-Ship, dedicada al envío de dinero y encomiendas a Latinoamérica. Hace dos años esa empresa de papel recibió $686,000, según documentos judiciales de Ecuador.
“Aquí, él [Yaví] tenía registrada una casilla a su nombre y el de [la empresa] Intraecua”, dijo a un reportero de el Nuevo Herald el administrador de Pak-N-Shhip, localizada en el centro comercial Indian Trace. “Yo llegué a trabajar en el 2013, pero Yaví ya no venía porque no vivía acá”.
Del Castillo estuvo detenido en Caracas esperando ser extraditado a Ecuador, de acuerdo con las autoridades.
Pero el uso de empresas fantasmas en el sur de la Florida es solo la punta del iceberg en una trama mayor montada por varios empresarios sudamericanos para enriquecerse a costa del Sistema Unitario de Compensación Regional (Sucre). Ese sistema fue creado en el 2008 bajo el auspicio del entonces mandatario venezolano Hugo Chávez, con el objetivo de fomentar el negocio entre los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA).
Del Castillo también montó compañías en Ecuador a nombre de personas modestas que en realidad eran administradas por él.
Es el caso de un empleado de una tienda en un centro comercial de Quito, quien figura como representante legal en un grupo de empresas que, según el Banco Central del Ecuador, recibió $17.85 millones desde Venezuela por la exportación de químicos.
“¡No puede ser posible! Yo trabajo en almacenes desde hace seis años. Si hubiera recibido algo de ese dinero, no estaría aquí”, dijo asombrado el vendedor que pidió a un reportero de El Universo no revelar su nombre por miedo a represalias.
Pero al ver su firma plasmada en las actas de algunas de estas compañías y en dos transacciones bancarias, recuerda: “¡Ah! Eso me hizo firmar el señor Yaví; él me ofreció trabajo para administrar unas empresas porque necesitaba gente de su confianza”.
El proceso por lavado de activos contra Yaví del Castillo iniciará cuando éste comparezca ante la justicia ecuatoriana. El juicio se relaciona con las transacciones realizadas a través del sistema de compensación Sucre y con la quiebra de la Cooperativa Coopera.
El empresario y su socio
Del Castillo llegó a Ecuador un martes 6 de noviembre del 2012 desde Caracas, cuando tenía 28 años. Quienes lo conocieron dicen que solía vestir informal, pero con ropa fina.
De estatura media, con una barba bien recortada, lo recuerdan muy tranquilo y educado. Tres días después de su arribo firmó los papeles para asumir la gerencia de Intraecua International Trading Ecuador, Ctttechbology Transfer Ecuador y Buissnecua. Luego asumiría Frutas Tropicales Andinastachez y Exportación Venmagroq.
Junto con él, asumía la presidencia de esas empresas su coterráneo José Antonio Moreau Gimón, que en ese entonces bordeaba los 30 años. Moreau, también procesado por el cierre de Coopera, había fundado Intraecua International Trading Ecuador en octubre del 2011, con su primo Claudio Moreau González.
A esas empresas se sumó Representaciones Guttifood S.A., creada en el 2009 para establecer una cadena de comida venezolana en centros comerciales de Quito. Su gerente era el venezolano Roger Cárdenas Flores, quien relató a un reportero de El Universo que el negocio fracasó y vendió la compañía a Del Castillo. No obstante, Del Castillo no aparece como socio de esa firma, sino solo el depediende del centro comercial.
A su vez, Guttifood era el nombre comercial que Del Castillo usó en un Registro Unico de Contribuyente (RUC) — una identidad requerida para el pago de impuestos— , que duró solo un día, el 23 de enero del 2013. En la Superintendencia de Compañías de Ecuador, los accionistas de esta empresa eran otros venezolanos.
Moreau Gimón no participó en Guttifood, que fue la que más recibió del Sucre, $10.8 millones; en tanto que Frutas Tropicales, Intraecua y Ctttechnology sumaron $7 millones. Las operaciones fueron entre noviembre del 2012 y abril del 2013, en el Banco Territorial y Coopera.
La Fiscalía de Ecuador consideró que los pagos de las importadoras eran irregulares, pues las empresas exportaron por un valor en puerto (FOB) de $359,000, frente a los $17.8 millones recibidos.
Además, las Aduanas señalaron que la mercancía exportada tendría un posible sobreprecio. Así, Intraecua vendió sistemas de ordeño por un valor de $3,100 cuando esas máquinas se exportaban a Perú por $650 cada una.
El reparto del dinero
En base a los informes oficiales del juicio, El Universo, el Nuevo Herald y la web Armando.info examinaron el destino de $7.9 millones, que salieron de Ecuador en transferencias directas hacia Estados Unidos, Panamá, Curacao, Perú y Anguila (territorio británico del Caribe). En la mayoría de los casos, detrás de las firmas destinatarias se encuentran empresarios venezolanos.
El principal receptor del dinero fue Panamá, con unos $3.8 millones que se depositaron principalmente en cuentas a nombre de Inversiones Kotel S.A., Capive S.A., Lumax Development Corp., Quimerca, Radio 3000 Internacional e Importaciones Servimed 2525.
Las dos primeras, que recibieron $1.6 millones, tienen como directores a los venezolanos David Amaya Ripanti y Andrés Lozano Espinoza. Amaya Ripanti, de 31 años, aparece como dueño de un apartamento en Biscayne Boulevard, en Miami, comprado en mayo del 2013 y valorado en más de $600,000. Un reportero de el Nuevo Herald intentó contactarlo sin resultados y solo pudo dejar mensajes con un recepcionista del lobby.
Lozano Espinoza, de su lado, ha sido socio de una cooperativa de artistas y de una funeraria en Venezuela. Ambas compañías están inhabilitadas para contratar con el Estado de su país. El agente panameño es el abogado Luis Antonio Carrasco Moreno.
Lumax Development, que recibió $140,000 de Ctttechnology en Panamá, tiene como representantes a los venezolanos Luis Guillermo Olivares Clavier y Mercedes Rodríguez Cariño. Olivares es socio único de Sutulap C.A., importadora que pagó $879,166 en tres operaciones en enero del 2013, a Ctttechonology, por la adquisición de químicos. Quimerca está a nombre de abogados panemeños, mientras que Radio 3000 e Importaciones Servimed no existen en la base de datos públicos de Panamá.
El otro destino del dinero fueron empresas en Estados Unidos, a donde se enviaron $3.1 millones. En esas transferencias se encuentra los $686,000 que recibió Intraecua International Trading Ecuador Inc, la empresa de papel montada en Pak-N-Ship, la tienda de Sunrise.
Rivas, el administrador de la tienda, dijo que Del Castillo solía acudir a recoger la correspondencia de la casilla junto con “el señor Moreau [...] que es mayor, tendrá unos 60 años”.
Desde Ecuador también se enviaron $871,000 a las empresas Sir S.A. y Monic S.A., en Weston y Miami respectivamente, las cuales tenían cuentas bancarias en la isla caribeña de Anguila, según documentos bancarios. En esas empresas ya desactivadas figuraban como titulares Moreau Gimón y su primo Claudio Moreau González, de acuerdo con registros de la División de Corporaciones de Florida.
Un reportero de el Nuevo Herald visitó al padre de Moreau Gimón, José Antonio Moreau Páez, en su casa en un reparto privado de Weston. Moreau Páez Negó cualquier vínculo con Del Castillo o con negocios en Ecuador. Dijo que su hijo “es un buen muchacho, de buena formación, que se encuentra en Venezuela y está dedicado al mundo de las aseguradoras”.
Su sobrino, Claudio Moreau González, tiene la firma Energía, Construcción y Servicios C.A. en Maracaibo. No contestó ni llamadas ni correos electrónicos. Él no está procesado en Ecuador.
Del Castillo fue detenido en Caracas tras una llamada anónima y la policía lo arrestó cuando salía de la embajada de Estados Unidos.
Del Castillo, junto a su socio Moreau Gimón, presentó un recurso de amparo ante la Corte Constitucional en Quito para evitar la extradición, pero el pedido fue desestimado en julio del 2014. Un reportero de El Universo habló telefónicamente con Yuruari del Castillo, hermano de Yaví del Castillo, quien ofreció el contacto de los abogados para una entrevista, pero nunca más respondió.
El vendedor del almacén de Quito, que aparece como representante legal de algunas exportadoras, se convenció de lo que había sucedido solo después de confirmar a través de internet las noticias sobre Yaví del Castillo y ver su foto. “Es él”, dijo el empleado, al recordar que cuando le agradecía a Del Castillo por el trabajo que le había ofrecido, el venezolano le contestó: “Para que veas, Dios bendice a las personas buenas”.
COLABORACIÓN PERIODÍSTICA
Esta es una investigación conjunta del diario El Universo de Ecuador, la plataforma digital Armando Info en Venezuela y el Nuevo Herald. Los nombres de los periodistas se mantienen en reserva para evitar represalias.
Cort.: El Nuevo Herald
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